El Hombre-Organización: De la Lealtad Corporativa a la Incertidumbre Laboral
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El Hombre-Organización
1. Tipo Humano en el Capitalismo Organizado
No es el hombre que trabaja para la organización, sino el hombre que pertenece a la organización. Representante de este tipo es el hombre que forma parte de una gran corporación u organización. Es un elemento dominante de la sociedad organizacional.
2. Dilemas y Paradojas del Hombre-Organización
El hombre-organización, especialmente en niveles directivos y gerenciales, enfrenta los siguientes dilemas:
- Ascienden en la pirámide profesional, pero experimentan frustraciones por la rutina gerencial.
- El ascenso exige sociabilidad, lo que afecta la vida familiar y social al priorizar el trabajo.
- Los destinos están controlados por la organización, aunque aparenten libertad de acción.
- Creen perseguir sus intereses, pero satisfacen los de la organización.
3. Éticas Contrapuestas
3.1. Ética Protestante (Secularizada)
- El éxito económico se atribuye al esfuerzo individual.
- El esfuerzo por la riqueza beneficia a todos; el trabajo y el ahorro son claves.
3.2. Ética Social
- La sociedad presiona al individuo; este carece de sentido sin el grupo.
- La pertenencia es la necesidad fundamental; la colaboración es esencial.
- El individuo debe someterse a las exigencias organizacionales.
4. Evolución del Hombre-Organización
4.1. El Hombre-Organización Clásico (1950s-1970s)
- Prima el trabajo, la lealtad corporativa y el compromiso con la empresa.
- La organización era el sistema social de referencia.
- Se valoraba la eficiencia técnica y la dedicación al trabajo.
4.2. El Nuevo Hombre-Organización (1980s en adelante)
- La competitividad lleva a la reestructuración, flexibilización laboral y reducción de prestaciones.
- Sin expectativas de estabilidad, no hay lealtad a la empresa, solo búsqueda de experiencia.
- Prevalece la desconfianza y la adaptación a una vida laboral impredecible.