El Ser Humano: Naturaleza Social, Capacidad Simbólica y Proceso de Socialización en la Juventud
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El Ser Humano como Ser Social
Los seres humanos son seres indefensos que necesitan los cuidados de otras personas para sobrevivir. En contraste, los animales, guiados por su instinto, pueden satisfacer sus necesidades de forma autónoma. Por ejemplo, los pájaros construyen su nido sin necesidad de estudiar ingeniería.
La Capacidad Simbólica Humana
Se define la capacidad simbólica como la habilidad de las personas para representar, mediante palabras y signos, objetos de la realidad que están ausentes de su percepción inmediata. Un dibujo de un círculo con rayos alrededor, por ejemplo, permite a quien lo vea entender que se trata del sol.
El Proceso de Socialización
Este proceso es el conjunto de aprendizajes mediante los cuales una persona, en el seno de una sociedad, incorpora hábitos, pautas de conducta, lenguaje y valores; es decir, su cultura.
Etapas de la Socialización: Primaria y Secundaria
La socialización primaria es la etapa inicial de este proceso, que se desarrolla en el seno de la familia durante los primeros años de vida. En ella, el niño comienza a relacionarse con otras personas y adquiere las primeras pautas de comportamiento y reglas.
La socialización secundaria es aquella que tiene lugar en el contexto de las instituciones sociales con las que se relaciona una persona, tales como la escuela, el grupo de pares, los amigos del barrio o del club, el ámbito laboral y los medios masivos de comunicación.
Los Derechos de los Jóvenes
Como seres sociales y ciudadanos, los jóvenes también son titulares de derechos y obligaciones.
Se suele considerar que la juventud es una etapa de la vida que abarca desde el fin de la infancia (es decir, la adolescencia) hasta la edad adulta. A menudo, cuando se habla de la juventud, prevalecen en el discurso las virtudes de esta etapa de la vida, señalando que los jóvenes no tienen grandes preocupaciones; sin embargo, muchos de ellos deben enfrentar graves problemas familiares. También es habitual que se critique esta etapa, afirmando que todos los jóvenes son apáticos e irresponsables; no obstante, existen muchos jóvenes comprometidos, preocupados y responsables.