Humillaciones del Antropocentrismo: Una Revisión Filosófica
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1.5 Humillaciones del Antropocentrismo
La Pérdida del Centro del Universo
El ser humano creyó durante siglos que habitaba un planeta que ocupaba el centro del universo. Hasta que un día descubrimos que no ocupamos un lugar tan privilegiado, sino que estamos sobre un planeta que, como otros tantos, gira en torno al sol. Para algunos, esto supuso una primera humillación al orgullo humano.
La Teoría de la Evolución y el Origen Humano
Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX tendrían lugar algunas más. La teoría de la evolución nos enseñó, como hemos visto en la unidad anterior, que nuestra especie procede de los primates, así como que las mutaciones y la selección natural han sido el motor del proceso histórico que explica la transformación que se ha ido produciendo en las distintas especies durante millones de años. Por tanto, la separación radical que se había hecho hasta entonces entre animales y humanos quedaba gravemente cuestionada. La comprensión del ser humano como un mono evolucionado daría lugar a una nueva humillación, sobre todo para quienes verían en dicho origen algo degradante.
El Materialismo Histórico de Marx
Contemporáneo del naturalista Charles Darwin, el filósofo y economista Karl Marx asestó otro ataque al orgullo humano en la medida que insistió en que, si bien a menudo nos creemos que es nuestra manera de pensar la que determina nuestra manera de vivir, en realidad ocurre exactamente al revés. Como señalaba en su libro La Ideología Alemana: “Es la vida la que determina la conciencia”. Nuestras creencias, deseos, inquietudes, etc., estarían condicionados por lo que hacemos, lo cual, en última instancia, sería consecuencia del lugar que ocupamos dentro del marco socioeconómico en el que nos encontramos.
El Psicoanálisis y el Inconsciente
Una cuarta humillación vendría de la mano de la teoría psicoanalítica formulada por Sigmund Freud. Según el fundador del psicoanálisis, ha sido un error histórico identificar la mente con la conciencia, pues en realidad esta no recoge más que una pequeña parte del contenido de nuestra mente, ya que la mayor parte de la misma tendría un carácter inconsciente, el cual nos resulta inaccesible. De este modo, si hasta entonces era común pensar que uno mismo es quien mejor sabe lo que piensa o siente, el psicoanálisis trata de hacernos ver que buena parte de nuestros impulsos, motivaciones e incluso creencias se hallan en nuestro inconsciente, por lo que ni siquiera somos conocedores de lo que hay en nuestra propia mente ni somos del todo “dueños de nosotros mismos”.