La Identidad Humana: Un Enfoque Interdisciplinario
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El Problema de la Identidad
La Cuestión del Sentido de la Vida
La cuestión del sentido de la vida humana está inextricablemente unida a la respuesta que podemos dar a la pregunta: ¿qué somos cada uno de nosotros? Es decir, ¿qué constituye nuestra identidad?
Al nacer, aún no habita en nosotros el sentido del yo. Este se va construyendo a medida que entramos en contacto con la realidad cultural que nos envuelve.
El Desarrollo Psicológico y la Conciencia de la Individualidad
Al entrar en contacto nuestra dimensión biológica con el entorno social y lingüístico, tiene lugar un proceso de desarrollo psicológico que da como resultado la aparición de la conciencia de la propia individualidad.
El reconocimiento de que somos un ser singular, dotado de sentimientos y pensamientos particulares, origina la percepción de nosotros mismos como distintos de los demás seres humanos.
Factores que Influyen en la Identidad
En este proceso de toma de conciencia inicial, solo hemos dado el primer paso hacia la configuración de nuestra identidad. Son los lazos afectivos, los vínculos emocionales, el desarrollo de las capacidades cognitivas y las preferencias personales las que, con el paso del tiempo, la definen.
Tanto los factores individuales como los sociales y culturales entran en juego, ya que la identidad se construye a partir de la interacción de estos elementos.
Concepciones del Ser Humano y el Problema de la Identidad
Como señala el filósofo argentino José Pablo Feinmann, cada uno tiene que pensar con"lo que los demás hicieron de é". Esto no se enfrenta directamente al problema de la identidad, sino a la pregunta por el sentido de la vida humana en general y de cada uno en particular.
Las distintas concepciones sobre el ser humano que abordamos en el primer apartado de la unidad nos ofrecen respuestas diversas sobre la naturaleza humana, desde la cual también podemos enfocar el problema de la identidad.
En el caso del ser humano de origen divino, la cuestión del sentido de la vida se plantea de una forma claramente distinta a la de quien cree que somos un organismo biológico dotado de psiquismo exclusivamente por la actividad del cerebro.