La Identidad Personal: Un Análisis Filosófico
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El principio ontológico de identidad postula que cada entidad es igual a sí misma, lo cual se enuncia así en Lógica de enunciados: p→p. Así pues, la identidad personal consiste en que cada persona es igual a sí misma en el curso de toda su vida, a pesar de las múltiples vicisitudes que experimente.
La Perspectiva de Kant sobre la Identidad Personal
Kant (1724-1804) definía así la identidad personal es una obra titulada Antropología: «El hecho de que el hombre pueda representarse su propio yo lo eleva infinitamente sobre todos los seres vivientes de la tierra. Por esto es una persona y, conforme a la unidad de la conciencia persistente a través de todas las alteraciones que puedan tocarlo, es una sola y misma persona».
El texto del filósofo de Königsberg cifra la identidad personal en la capacidad cognitiva o mental llamada conciencia reflexiva, es decir, el fenómeno de percatarse o tener conocimiento del propio yo y de todas sus modificaciones (percepciones sensoriales externas e internas, recuerdos, emociones, conceptos, ensueños, etc.).
La Conciencia y la Identidad Personal
La etimología latina de la palabra conciencia es cum (con) y scientia (ciencia, conocimiento); así, la palabra conciencia designa todo proceso de conocer o darse cuenta de algo, ya sea externo o interno a nuestro cuerpo. Así pues, la identidad personal consiste en que cada sujeto es consciente de ser la misma entidad física y mental a la vez en el curso de toda su existencia.
Ahora bien, dada la fugacidad de la vida y de los fenómenos correspondientes, que suelen designarse con la metáfora de la corriente de conciencia (William James), cabe plantear la cuestión de cómo podremos tener conciencia de tal identidad.
La respuesta es que tal conciencia de la continuidad aparentemente ininterrumpida de nuestra mismidad es posible gracias a la memoria, que es inseparable del cuerpo de cada individuo. La memoria se genera, consolida e incluso se modifica en el curso de las interacciones de una persona con los contenidos de lo que el filósofo español don Gustavo Bueno (1924-2016) denomina espacio antropológico.
El Espacio Antropológico y sus Ejes
Este símil geométrico permite clasificar todos los contenidos de lo humano en 3 ejes complementarios e inseparables entre sí:
- El eje circular comprende a todas las personas humanas.
- El eje radial comprende a todos los seres naturales que no son humanos, ya sean animales o inertes.
- El eje angular contiene a los seres personales, es decir, dotados de entendimiento y de voluntad, pero que no son humanos, como es el caso de los dioses, los ángeles, los demonios o los extraterrestres.