Ideologías Clave: Liberalismo, Socialismo y Feminismo Explicadas
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El Liberalismo
El liberalismo es una doctrina política que defiende la libertad individual, preconiza el Estado limitado (restringe la intervención del Estado en la vida social, económica y cultural) y promueve la iniciativa privada como medio para el crecimiento económico.
También, el liberalismo es un modelo mental enseñado de manera individual o colectiva, con fundamento en las ideologías, creencias o experiencias adquiridas en diferentes etapas de la vida del ser humano, con el objetivo de crear un concepto de vida nuevo o libre, en el entorno del desarrollo humano en muchas partes del mundo.
Definición de Liberalismo
El liberalismo se identifica como una doctrina que propone la libertad y la tolerancia en las relaciones humanas, fundamentada en el libre albedrío y en el principio de no agresión (vid. Escuela de Salamanca). Promueve, en suma, las libertades civiles y económicas, oponiéndose al absolutismo, al despotismo ilustrado y al conservadurismo. Constituye la corriente en la que se fundamentan tanto el Estado de derecho como la democracia representativa y la división de poderes.
Ideas Fundamentales del Liberalismo
Desde sus primeras formulaciones, el pensamiento político liberal se ha fundamentado sobre tres grandes ideas:
- Los seres humanos son racionales y poseen derechos individuales inviolables, entre ellos, el derecho a configurar la propia vida en la esfera privada con plena libertad, y los derechos a la propiedad y la felicidad. Esto se basa en los tres derechos naturales de John Locke: vida, libertad y propiedad privada.
- El gobierno y, por tanto, las autoridades políticas deben resultar del consentimiento de las personas libres, debiendo regular la vida pública sin interferir en la esfera privada de los ciudadanos.
- El Estado de derecho obliga a gobernantes y gobernados a respetar las reglas, impidiendo el ejercicio arbitrario del poder.
El liberalismo fue un movimiento de amplia proyección (económica, política y filosófica) que defendía como idea esencial el desarrollo de la libertad personal individual como forma de conseguir el progreso de la sociedad.
Principios del Liberalismo
Aboga principalmente por:
- El desarrollo de los derechos individuales y, a partir de estos, el progreso de la sociedad.
- El establecimiento de un Estado de derecho, donde todas las personas sean iguales ante la ley (igualdad formal), sin privilegios ni distinciones, en acatamiento de un mismo marco mínimo de leyes que resguarden las libertades y el bienestar de las personas.
El liberalismo está inspirado en parte en la organización de un Estado de derecho con poderes limitados —que idealmente tendría que reducir las funciones del gobierno a seguridad, justicia y obras públicas— y sometido a una constitución, lo que permitió el surgimiento de la democracia liberal durante el siglo XVIII, todavía vigente hoy en muchas naciones actuales, especialmente en las de Occidente.
El liberalismo europeo del siglo XX ha hecho mucho hincapié en la libertad económica, abogando por la reducción de las regulaciones económicas públicas y la no intervención del Estado en la economía. Este aspecto del liberalismo ya estuvo presente en algunas corrientes liberales del siglo XIX opuestas al absolutismo y abogó por el fomento de la economía de mercado y el ascenso progresivo del capitalismo. Durante la segunda mitad del siglo XX, la mayor parte de las corrientes liberales europeas estuvieron asociadas a la comúnmente conocida como derecha política.
Debe tenerse en cuenta que el liberalismo es diverso y existen diferentes corrientes dentro de los movimientos políticos que se autocalifican como "liberales".
Características del Liberalismo
Sus características principales son:
- La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de pensamiento, de culto, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite consiste en no afectar la libertad y el derecho de los demás, y que debe constituir una garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.
- El principio de igualdad ante la ley, referida a los campos jurídico y político. Es decir, para el liberalismo todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado.
- El derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual, y como derecho inalterable que debe ser salvaguardado y protegido por la ley.
- El establecimiento de códigos civiles, constituciones e instituciones basadas en la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y en la discusión y solución de los problemas por medio de asambleas y parlamentos.
- La libertad de cultos y la separación del Estado y la iglesia en un Estado laico.
- La no politización de los cargos de gobierno, y demás elementos públicos, como la educación (tanto la escolar como la universitaria), la salud y la justicia.
- Tolerancia en la aplicación de la autonomía individual o colectiva.
- Liberalismo social y económico.
La Disolución del Gobierno y el Derecho a la Resistencia: Locke, Kant y Rawls
John Locke y la Resistencia
Para Locke, la sociedad es una creación humana, es decir, por consentimiento; debido a ello, puede elegir a quien(es) gobierne(n). Sin embargo, como los miembros de la sociedad o, dicho de otro modo, los miembros del cuerpo político decidieron a quién elegir, por cuánto tiempo y bajo qué condiciones, si quienes gobiernan contravienen los principios del gobierno y los derechos del pueblo, el poder debe regresar a sus manos originarias.
El pueblo no está obligado a obedecer cuando se infringen las normas. Locke se refiere en todo momento a la pérdida de autoridad, a la ilegalidad como condición de posibilidad de la disolución del gobierno, ante la cual se habilita la resistencia en forma legítima. La pregunta es: ¿podrá el pueblo sublevarse por cualquier cuestión que considere importante? La respuesta es NO. Locke insiste en que el pueblo no se subleva por nimiedades, y es capaz de tolerar un gran número de injusticias. Solo cuando las violaciones a la ley o a los fines de la sociedad se perpetúan en el tiempo, los pueblos se resisten.
Immanuel Kant y la Voluntad Legisladora
Otro pensador clásico liberal fue Immanuel Kant, quien también estudia la conformación de la sociedad, la libertad y la sujeción al gobierno. Para Kant, la libertad está directamente relacionada con el derecho del individuo de obedecer solo aquellas leyes en las que vea reflejada su propia voluntad legisladora. Hasta este punto parece estar de acuerdo con Locke, pero si bien el pueblo es una suma de voluntades que pactan para una mejor forma de vida, «las ideas de voluntad general y de contrato no implican, en este marco, el reconocimiento de derechos inalienables del pueblo, sino que son asumidas, en todo caso, como criterios que permiten al legislador dictar leyes tales que hubiesen podido ser aceptadas por la voluntad unida de todo un pueblo».
Si bien el pueblo tiene derechos, estos se pueden y deben enajenar en el momento que se conforma un gobierno, mismo que se vuelve su representante que puede diseñar y ejecutar leyes pensando en el bienestar del mismo. De ahí que «Para que una ley sea considerada legítima (y pueda reclamar el consentimiento de aquellos que se someten a ella), no es preciso que sea el pueblo reunido en asamblea quien dicte tal ley, ni tampoco es necesario que este preste su consentimiento efectivo: si una ley es de tal índole que resulte imposible que todo un pueblo pueda otorgarle su aprobación, entonces no es legítima, pero con que sea solo posible que alguna vez el pueblo prestara su conformidad a dicha ley establecida, entonces esta puede ser considerada justa».
Luego entonces, para poder contar con un gobierno justo, quienes lo eligen deben conocer las cualidades y capacidades de sus elegidos, porque de acuerdo con Kant, una vez electos, no hay marcha atrás. ¿Perdió algo el liberalismo? Así es, la posibilidad de desobediencia civil.
John Rawls y la Justicia Económica Global
Ahora bien, ¿es aplicable la desobediencia civil en tiempos contemporáneos? ¿Qué dicen los nuevos abanderados del liberalismo?
Actualmente, la sociedad se encuentra inmersa en la injusticia, la pobreza y la desigualdad, que se han extendido de una manera vertiginosa. De ahí que los estudiosos de las ciencias sociales retomen al liberalismo como salida o resolución de un problema que se está agravando. Ellos sostienen «que las situaciones de pobreza extrema y miseria existentes en los países del mundo subdesarrollado constituyen un problema de justicia económica global». Una de las propuestas de John Rawls, máximo exponente del liberalismo actual, es la implementación de políticas de asistencia social, pero de ninguna manera cambiar el sistema económico.
Según Rawls, los problemas sociales actuales nada tienen que ver con las estructuras económicas internacionales, más bien son problemas locales, que los gobiernos internos han sido incapaces de resolver.
Contrario a la mayoría de los pensadores clásicos, que procuran explicar las condiciones sociopolíticas de su tiempo, pensadores contemporáneos como Rawls buscan justificar el sistema económico actual. Así pues, nos encontramos con dos posturas: una que defiende la posición del pueblo y otro que defiende la posición del gobierno.
Principales Corrientes Liberales y Derivadas
El liberalismo, en origen, defiende la libertad individual y económica, siendo reacio a un estado fuerte (antiestatismo) y a gravar con altos impuestos a los ciudadanos. Sin embargo, a partir de esta doctrina, han surgido numerosas variantes. A continuación, se presentan las principales, organizadas de menor a mayor regulación (desde aceptar cierto nivel de gobierno, hasta no aceptarlo en absoluto, que ya se considera anarquismo más que liberalismo):
Nota: Se ha omitido en esta escala el neoliberalismo, puesto que su concepción como sinónimo actual del Liberalismo clásico es un error común en la sociedad, al tratarse de un término acuñado por Alexander Rüstow quien intentó fundir ideas socialistas con las bases liberales, ocasionando en consecuencia el repudio de grandes exponentes como Friedrich von Hayek y Ludwig von Mises.
Socioliberalismo
Defiende la compatibilidad de la libertad individual con el Estado y el bienestar y desarrollo sociales. Para este movimiento, la función del Estado es garantizar la igualdad de oportunidades evitando abusos y monopolios, y fomentando el desarrollo personal y la libertad de todos los ciudadanos, pero en ningún caso sustituyéndolos en la toma de decisiones.
Liberalismo Clásico (Libertarismo)
Los libertaristas defienden el liberalismo puro, en contraposición al liberalismo del siglo XXI, frecuentemente aliado político de partidos conservadores hasta el punto en que se han llegado a considerar equivalentes en algunos países. Los libertarios defienden un Estado mínimo y amplias libertades individuales, así como el capitalismo. No obstante, puede admitir como una de las pocas funciones del Estado defender al individuo frente a las prácticas monopolistas y acumulativas que pongan en riesgo su libertad.
Minarquismo
Este movimiento defiende el Estado mínimo, es decir, que un gobierno mínimo es necesario para preservar la libertad, pero restringiéndose a sus funciones "mínimas" de "vigilante" (principalmente, tribunales, policía, prisiones y fuerzas de defensa), sin intervenir en la economía, aceptando impuestos solo para casos muy particulares.
Anarquismo
Defiende la abolición total del Estado (entendido como gobierno) y, por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas. Puede clasificarse en varias corrientes, aunque también existe el anarquismo sin adjetivos, que defiende que las diferentes escuelas de pensamiento anarquistas pueden y deben convivir simultáneamente.
Anarcocapitalismo (Austroanarquismo o Voluntarismo)
Promueve la soberanía total del individuo siendo este poseedor de Derechos naturales inviolables a cualquier nivel. El anarcocapitalista rechaza la cualidad principal de un Estado, su capacidad imperativa y coactiva. Además, no reconoce la validez del Contrato Social desarrollado por Rousseau. Se relaciona a menudo con el anarquismo individualista (que enfatiza la autonomía del individuo, sosteniendo que cada uno es su propio dueño y solo interactuando con los otros a través de la asociación voluntaria, frente a las formas organizadas del anarcosocialismo) y el Mutualismo moderno. Se trata de un sistema político-filosófico donde los agentes individuales determinan libremente las estructuras económicas y sociales a las que se suscriben. Un error común fuera de la academia, derivado de su denominación, es la extendida creencia de que dicho sistema obliga a adoptar un rol laboral empresario-trabajador o una estructura concreta. Los anarcocapitalistas no se oponen a ninguna formulación política o forma de vida siempre que esta sea voluntaria y no impuesta sobre los individuos (inclusive doctrinas totalitarias como el marxismo-leninismo). En síntesis, no establece formas organizativas sino ausencia coactiva bajo el principio de no agresión.
Anarcosocialismo
Opuesto al capitalismo por considerar que la libertad de empresa y de propiedad pueden ser un grave obstáculo a la libertad individual por la aparición de monopolios; a diferencia del libertarismo (que corrige esto con el Estado mínimo), el anarcosocialismo promueve una economía no capitalista, con un tejido productivo cooperativista que impediría por sí mismo los monopolios y el enriquecimiento desmedido. Responde al aforismo de Louis Blanc: «De cada cual según sus medios, a cada cual según sus necesidades». Por ello, sus principales corrientes son: El anarcocomunismo, y sus principales modos organizativos (Comunismo libertario y Colectivismo; bajo tesis de Piotr Kropotkin y Mijaíl Bakunin, respectivamente) el mutualismo (economía de libre intercambio entre pequeñas cooperativas de productores, formulado por Pierre-Joseph Proudhon) y el anarcosindicalismo (organización social a través del movimiento obrero). Se debe tener en cuenta el acuerdo consensuado en la Internacional Anarquista acontecida en Carrara durante 1968. Dicho acuerdo establece que una vez alcanzada la acracia cada unidad productiva determinará de forma libre y unilateral su estructura política. Esto confiere al anarcosocialismo un marco operativo mucho más laxo y plural visto desde una óptica liberal. Por otra parte, el mutualismo moderno (libre mercado anticapitalista, véase Kevin Carson) adoptó la teoría subjetiva del valor, convergiendo con el anarcocapitalismo.
El Socialismo y el Comunismo
¿Qué es el Socialismo?
«Cada quien según sus posibilidades y a cada quien según su trabajo»
Imagina un mundo en el que a la gente realmente se le retribuya por su trabajo de acuerdo con la cantidad y la calidad con que lo realizó; bueno, eso es lo que busca el socialismo.
El socialismo no crea una sociedad equitativa e igualitaria en términos económicos, pero sí tiene como objetivo formar una sociedad de diferencias mínimas preparada para el modo de producción comunista (es decir, muchos lo ven como un paso previo al comunismo).
Así, en el socialismo está regulada la adquisición de derechos de la propiedad y hay un mejor control de los medios de producción y la distribución del capital y de la tierra.
En el socialismo es clara la diferencia respecto a la capacidad de trabajo, pero queda claro que respecto a las necesidades hay igualdad. Cada persona necesita un techo, alimentación, trabajo digno y educación.
Una sociedad equitativa no implica que todos tengan lo mismo, sino que todos tengan satisfechas sus necesidades. Ese es justamente el objetivo del socialismo. El socialismo elimina las clases sociales, pero no las diferencias. Los residuos del capitalismo perdurarían, como perduran todas las construcciones humanas de la historia.
Económicamente, el socialismo es también un sistema que se prepara para producir eficientemente los satisfactores para solventar las necesidades de una población. Para ello son necesarias dos condiciones:
- Producir lo suficiente. Todas las necesidades productivas deben de estar cubiertas. Esto no quiere decir que se produzca en exceso, como en el capitalismo, sino que solamente lo suficiente.
- Las personas deben trabajar de acuerdo con sus posibilidades. Esto es la responsabilidad social. Es a esta actitud ante la sociedad a lo que Lenin llamaba el nuevo hombre del socialismo. ¿Qué entendemos hoy en día por ser socialmente responsable? No es trabajar según nuestras posibilidades, sino conformarnos con no afectar a los demás en nuestro quehacer, es decir, actualmente tenemos una visión totalmente individualista.
La economía en el socialismo es una economía planificada. Se busca priorizar la producción de satisfactores según las necesidades de la sociedad. ¿Cuáles son las necesidades de la población? ¿Cómo se satisfacen y qué hacer para satisfacerlas? Estas son las preguntas que atiende la economía en el socialismo.
En este sentido, se pueden rastrear principios socialistas en una gran cantidad de prácticas gubernamentales en todo el mundo. Los países nórdicos como Dinamarca, Finlandia, Suecia o Noruega, por ejemplo, tienen prácticas que se pueden ver fuertemente influidas por los ideales socialistas.
Por ejemplo, el cuidado de la salud pública es una parte importante del modelo nórdico. A diferencia de países como Estados Unidos, en el que la salud era únicamente privada hasta antes del Obamacare (programa que terminó con Trump), en los países nórdicos están asegurados servicios de salud de calidad independientemente de las circunstancias económicas de los ciudadanos.
Además, en los países nórdicos, la mayoría de las tareas del bienestar social son asumidas por el Estado o las autoridades locales, y solo de una manera limitada por individuos, familias u organizaciones nacionales de bienestar. Todo esto tiene una clara inspiración socialista, aunque estos países funcionan con economías capitalistas (no hay de otra manera; no puede existir un país comunista mientras el sistema económico hegemónico sea capitalista).
¿Qué es el Comunismo?
«Cada quien según sus posibilidades y a cada quien según sus necesidades»
Por otro lado, el comunismo es visto por algunos como el momento culmen del socialismo. Mientras que en el socialismo se busca hacer reformas para ir desapareciendo las diferencias económicas, en el comunismo se busca la abolición definitiva de las clases sociales y de la propiedad privada (y no solo su regulación).
Aquí se sigue la máxima “cada quien según sus posibilidades y a cada quien según sus necesidades”. Es decir, mientras que en el socialismo se retribuía a cada quien según sus posibilidades y según su trabajo, la expectativa principal de la sociedad en el comunismo es que cada quien aporte a la comunidad según sus habilidades. Lo anterior es posible si y solo si la sociedad en su conjunto ha ofrecido las mismas oportunidades suficientes a los miembros para desarrollar sus capacidades. Es decir, el comunismo solo puede funcionar si se establece como un sistema global.
Las oportunidades que se dan en un modo de producción comunista son diferentes y radicalmente contrarias a las que se dan en el capitalismo. En el capitalismo, pensar en oportunidades es sinónimo de pensar en la oportunidad que tiene cada persona en el mundo de asalariarse y, por lo tanto, de no ser dueño de los medios de producción, de ser un trabajador que solo vende su capacidad de trabajo para subsistir. En el comunismo, las oportunidades son las suficientes para que cada miembro de la sociedad desarrolle sus capacidades. Si una persona tiene talento para las matemáticas, se ofrecen las oportunidades para desarrollar esa habilidad. Si una persona tiene talento para la carpintería, se ofrecen las oportunidades. Cada una de las profesiones no tiene por qué ser distinta si ambas aportan satisfactores sociales. En un caso el conocimiento, en otro caso, la madera trabajada para su uso. La diferencia en el comunismo (en contraposición al capitalismo) no implica desigualdad en la satisfacción de la vida.
El libre acceso a los artículos de consumo solo es posible a través de los avances de la tecnología, lo que posibilita la abundancia.
¿Ha existido de verdad el Comunismo?
Es importante hacer énfasis en que el socialismo nunca ha sido probado en el mundo. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase «el comunismo fracasó»? Esta postura es alimentada por un analfabetismo en términos económicos y políticos. El comunismo no ha existido en el mundo tal y como lo conocemos. Por otro lado, los sistemas económicos, en cuanto a sistemas, tienen como objeto la totalidad de las relaciones sociales. Es decir, para que un sistema sea sistema, ha de ser global. ¿Hemos visto al comunismo ser un sistema global? No, el comunismo no lo hemos visto ni siquiera en un solo país. ¿Hemos visto al socialismo ser un sistema global? No, el siglo XX atestiguó 70 años de socialismo en la mitad del mundo, pero nunca como sistema mundial. ¿Hemos visto al capitalismo ser un sistema global? Sí, hoy vivimos en ese mundo.
¿Quién quiere ser Socialista?
El 4 de noviembre de 2017, Washington Post publicó una interesante nota relacionada con nuestro tema: «El Reporte anual de las actitudes de EEUU respecto al socialismo» (Annual Report on US Attitudes toward Socialism) arrojó cifras no esperadas. En Estados Unidos, la mayoría de la juventud está más a favor de vivir en el socialismo que en el capitalismo. El 42% de los encuestados apoyó el capitalismo. El 44% de ellos dijo preferir vivir en un modo de producción socialista. ¿Será que viene un gran cambio económico? Que la juventud norteamericana esté a favor del socialismo no cambia el modo de producción, pero puede ser un buen indicador de hartazgo del capitalismo.
¿Cuáles son las diferencias entonces?
Mientras que el socialismo se concentra en la búsqueda de la eliminación paulatina de la diferencia entre clases y la considera como un motor para la transformación social, política y económica, el comunismo busca eliminar las clases por completo. Mientras que el comunismo hoy en día es sostenido por los partidos comunistas a nivel mundial, el socialismo es representado por los diferentes partidos de izquierda que buscan más que la abolición de las clases, la reforma política que logre disminuir las diferencias entre pobres y ricos.
En el socialismo cabe la idea de que se puede lograr una sociedad sin clases por medio del capitalismo y la propiedad privada, pero solo con el suficiente control que logre borrar las diferencias económicas (cosa que no busca el capitalismo por sí mismo, ya que hay capitalismos que promueven las diferencias, la acumulación desmedida y el monopolio de los medios de producción).
Una sociedad sin clases solo se logra a través de una sociedad en la que todos son iguales, sin distinción de género o de cualquier otro tipo.
Por otro lado, el ideal del comunismo es una sociedad libre, sin división de clases. En el comunismo, toda la actividad económica y social está regulada por el Estado. En el comunismo sí es importante terminar con el sistema capitalista y la propiedad privada. Además, la producción se reparte no solo de acuerdo con el trabajo de los individuos sino según sus necesidades. En el comunismo, el ideal no es que la gente trabaje por obligación, sino porque el trabajo es una responsabilidad para con los demás (comunismo viene del latín “comunis”: común).
Para el comunismo, es importante cambiar el régimen económico y social porque es la única manera en que podremos cambiar al hombre.
El socialismo puede convivir con diferentes formas de gobierno mientras que el comunismo busca que el gobierno sea directamente de los proletarios (el pueblo).
Diferencia entre Socialismo y Comunismo
Si bien es cierto que el origen teórico e ideológico de las tendencias socialistas y comunistas es común, existe una significativa diferencia entre socialismo y comunismo desde el punto de vista económico, político y sociológico.
Comúnmente se suele entender que el comunismo es la fase última de la teoría socialista. Con el paso de los años y la aparición de nuevos modelos sociopolíticos y económicos, ambas tendencias ideológicas se han distanciado, mayormente gracias a nuevas perspectivas mixtas y la convivencia con el modelo capitalista y de libre mercado.
Las principales diferencias entre socialismo y comunismo en clave de sistemas económicos residirán especialmente en el modo en que se perciban aspectos como el control gubernamental de la actividad económica y la propiedad de los factores de producción, el mayor o menor nivel de libre competencia en sus mercados y la regulación estatal en materia social.
En ese sentido, suele considerarse que si bien un modelo comunista es más estricto desde el punto de vista gubernamental, los países con modelos socialistas han ido evolucionando en mayor o menor medida hacia modelos socialdemócratas. Modelos, en este sentido, más adaptados al libre comercio o la existencia de mayor defensa de la propiedad privada y menor papel e influencia del Estado.
Puntos de Diferencia entre Socialismo y Comunismo
Existe una serie de puntos en los cuales estas teorías muestran puntos de distinción y que las definen:
- El papel del Estado: En primer lugar, el socialismo asume que el poder institucional debe regir el sistema económico y político de un país y regular la convivencia del sector privado. Por su parte, el comunismo establece que solamente el Estado debe contar con el control de los medios de producción como modo de lograr el crecimiento económico.
- La lucha de clases: Mientras que el socialismo entiende que debe regularse la convivencia entre ellas, el comunismo establece que es necesaria su eliminación, llevando a todo individuo a una sociedad igualitaria (clase proletaria) y de Estado.
- Propiedad privada: El socialismo asume que la propiedad de factores de producción puede recaer en manos privadas y no solamente en el Estado, pese a que el objetivo de la economía nacional debe perseguir un control de recursos estatales igualitario y con carácter social. Para ello, se busca la propiedad pública de ámbitos clave como la sanidad, las infraestructuras, la educación o la energía. El comunismo, en cambio, establece un control estatal total de los mismos como forma de conseguir la igualdad social.
- Relación con el capitalismo: Mientras el socialismo se ha ido adaptando hacia modelos mixtos o de convivencia en entornos de libre competencia, el comunismo se opone firmemente a modelos capitalistas y aboga por su eliminación en las naciones.
- Grado democrático: En países socialistas coexisten distintos partidos políticos de distintas tendencias y existe un mayor nivel de democracia, mientras que en los comunistas existe un único partido gestor y de obligada suscripción.
- Nivel de burocracia: En los estados con modelo socialista existe un mayor nivel de discusión social y participación de las instituciones en materia como la sanidad o la educación. Por el contrario, en el comunismo no hay lugar para la vida política y toda decisión es tomada por el aparato del Estado e impulsadas por medio de la fuerza.
El Feminismo
El feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII —aunque sin adoptar todavía esta denominación— y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera.
Definiciones del Feminismo
Atareadas en hacer feminismo, las mujeres feministas no se han preocupado demasiado en definirlo, cuenta Victoria Sau en su libro “Diccionario Ideológico Feminista” del que reproducimos un fragmento referido a la definición del feminismo:
En el Diccionario (patriarcal) Ilustrado de la Lengua la voz feminismo es definida torpemente así: «Doctrina social que concede a la mujer igual capacidad y los mismos derechos que a los hombres.» Así de breve, falsa y tendenciosa la asume la Academia de la Lengua (patriarcal). La propia definición incurre en aquello contra lo que el feminismo lucha: considerar que la suprema mejora es elevar a la mujer a la categoría del hombre como ser modélico, y suprimir o disimular cualquier imagen de la mujer que la presente como ser activo, dueña de su propia lucha.
El Diccionario (patriarcal) Larousse dice: «Feminismo: Tendencia a mejorar la posición de la mujer en la sociedad». En un artículo feminista del que son autoras Anne y Jacqueline se lee: «El feminismo es la toma de conciencia por la mujer de la opresión que padece. Una opresión que no es solo económica, jurídica y sexual, sino sobre todo psicológica.» (Varias: La liberación de la mujer, año cero). No todas las feministas podrían estar de acuerdo con esta última. Una definición global, que pueda reunir todas las tendencias que se manifiestan en el seno del feminismo podría ser la siguiente:
El feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII —aunque sin adoptar todavía esta denominación— y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera.
Marcuse dice que el movimiento feminista actúa a dos niveles: uno, el de la lucha por conseguir la igualdad completa en lo económico, en lo social y en lo cultural; otro, “más allá de la igualdad” tiene como contenido la construcción de una sociedad en la que quede superada la dicotomía hombre-mujer, una sociedad con un principio de la realidad nuevo y distinto. (Marxismo y Feminismo). En una línea de pensamiento parecida, M. Godelier reconoce que "Nos orientamos hacia relaciones sociales sin referencia en el pasado."
Historia del Término Feminismo
De J. R. Evans (Las Feministas) tomo la historia del término feminismo, surgido primero en Francia (féminisme) y adoptado en Inglaterra a partir de 1890 (feminism) en sustitución de womanism ("mujerismo"). En España la palabra feminismo aparece en la bibliografía en 1899, con el libro de Adolfo Posada: Feminismo, como así lo hace constar Aurora Díaz-Plaja en «La mujer y los libros». Aunque ya las mujeres habían empezado a escribir sobre las mujeres (como Josefa Amar y Concepción Arenal, por ejemplo) fueron obra de varones los primeros títulos conteniendo la polémica palabra, ya que en 1901 Romera Navarro sale en defensa del sexo femenino contra el sexismo del autor de La inferioridad mental de la mujer con el siguiente libro: Ensayo de una filosofía feminista: refutación a Moebius.
Orígenes del Movimiento Feminista
Los orígenes del feminismo como movimiento colectivo de mujeres hay que situarlos en los albores de la Revolución Francesa. Entre los numerosos Cahiers de doléances (Cuadernos de quejas) que se publicaron entonces con ocasión del anuncio de convocatoria de los Estados Generales, varios se hacían eco de quejas femeninas, aunque P.M. Duhet solo garantiza dos como escritos por las propias mujeres, ansiosas de cambiar en muchos aspectos su situación. En la Biblioteca Nacional de París pueden consultarse estos folletos, que datan de 1788. Sullerot señala también el folleto de Olympia de Gouges «Lettre au Peuple», anterior a la «Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana» de esta misma autora. (Histoire de la Presse Féminine en France).
Historia del Feminismo y la Lucha por los Derechos Humanos
Hay muchos textos en la red, pero te recomendamos entre ellos:
- DERECHOS HUMANOS, MUJER E INMIGRACIÓN. Capítulo 2 LOS DERECHOS Y LAS MUJERES. Influencia del Feminismo
- Sufragismo y feminismo: la lucha por los derechos de la mujer 1789-1945
Diferentes Tendencias en el Feminismo
Feminismo de la igualdad, feminismo de la diferencia, feminismo radical, ecofeminismo, feminismo autónomo... hay muchos feminismos y las definiciones son complejas.
Es muy bueno y fácil de leer el trabajo realizado por Ana de Miguel: "Los feminismos a través de la historia".
El Feminismo Premoderno
El Feminismo Moderno
Neofeminismo. Los años 60 y 70
Feminismo de la Diferencia y Últimas Tendencias
La Teoría Política Feminista
La teoría política feminista es un subcampo de la teoría feminista que trabaja para alcanzar tres objetivos principales:
- Entender y criticar el papel del género en la teoría política y cómo se interpreta.
- Reformular la teoría política a través de la normativa de género (especialmente igualdad de género).
- Apoyar la ciencia política en pro de la igualdad de género.
La teoría política feminista abarca un amplio abanico de enfoques. Se superpone con áreas relacionadas, incluyendo la jurisprudencia feminista/la teoría feminista legal; filosofía política feminista; la investigación empírica en ciencias políticas; y métodos feministas de investigación para su uso en la ciencia política. Los especialistas señalan que, al igual que en la mayoría de teorías feministas, esta "demuestra la forma en que la política, entendida como las relaciones de poder, está presente en nuestra vida cotidiana," por lo que uno podría "describir la teoría feminista en su conjunto como una especie de filosofía política". Lo que con frecuencia distingue a la teoría política feminista del feminismo en términos generales, es el examen específico del estado y su papel en la reproducción o la corrección de la desigualdad de género. Además de ser amplio y multidisciplinario, el campo es relativamente nuevo y se encuentra todavía en expansión; la Stanford Encyclopedia of Philosophy explica que "la filosofía política feminista sirve como un campo para el desarrollo de nuevos ideales, prácticas y justificaciones de cómo las instituciones y prácticas políticas deben organizarse y ser reconstruidas".
Historia de la Teoría Política Feminista
Para comprender mejor la historia feminista más en términos generales, véase feminismo. La teoría política feminista como término se consolidó a través de los movimientos de mujeres de liberación de los años 60 y 70. Anteriormente, muy pocas obras de teoría política consideraban explícitamente la situación política de las mujeres. La petición de sufragio por parte de John Stuart Mill fue una excepción. A principios del siglo XX, Simone de Beauvoir en su obra El Segundo Sexo expuso la dinámica de poder que rodea la condición de mujer y sentó las bases de las teorías feministas posteriores exponiendo la sujeción social de las mujeres. En los años 1980 y 1990, la teoría feminista se expandió en el ámbito legal gracias a Catharine MacKinnon y Andrea Dworkin y su trabajo en contra de la pornografía.
Feminismo Liberal
El feminismo liberal marca una aproximación importante a la política feminista que era especialmente dominante durante la primera mitad del siglo XX. Aun así, algunos de los ejemplos más conocidos de la literatura feminista liberal se publicaron mucho antes, como la obra de John Stuart Mill The Subjection of Women (1869) o la obra de Mary Wollstonecraft Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792). Una cuestión imperante del feminismo liberal es el énfasis en la necesidad de alcanzar la igualdad de oportunidades a través de la justicia y los derechos políticos. Además, según la La Enciclopedia Internacional de Ética, "El feminismo liberal tanto el pasado como el presente conserva cierto compromiso con la distinción entre los ámbitos público y privado - una distinción [que es el] objeto de mucha crítica dentro la teoría política feminista."
Feminismo Marxista, Socialista y Radical
Mientras que el feminismo marxista y el feminismo socialista consideraron el clasismo como la fuente primaria de la opresión de las mujeres, el feminismo radical desechó cualquier teoría política anterior para desarrollar nuevas teorías arraigadas principalmente en las experiencias directas de mujeres.
Temas de Investigación en Teoría Política Feminista
Epistemología Feminista
Un aspecto clave de la teoría política feminista es la epistemología feminista que cuestiona la objetividad de las ciencias sociales y filosóficas por establecer que los estándares de autoridad y credibilidad son socialmente construidos, reafianzando el status quo político y social. Por lo tanto, una solución metodológica feminista es incluir diversas voces que reflejan todos los sectores de la sociedad en el proceso de construcción de conocimiento.
Instituciones Políticas con Perspectiva de Género
Las instituciones políticas con perspectiva de género refieren a preguntas tales como ¿qué significa que una institución tenga perspectiva de género? ¿cómo se puede evaluar si una institución tiene perspectiva de género?, ¿cuáles son las consecuencias de estas instituciones para las personas que trabajan dentro de ellas (de todos los géneros)?. Un ejemplo de estas cuestiones es la obra de Eileen McDonagh The Motherless State.
Política de Identidad / Identidad de Grupo
Los teóricos de esta corriente de la teoría política determinan que la teoría feminista cuestiona la construcción de las mujeres como un grupo de identidad. Concretamente se preguntan si es correcto poder relacionar un grupo de mujeres de manera directa con la política. El debate implica interseccionalidad y se cuestionan si las mujeres de distintas razas y culturas son suficientemente similares para formar un grupo político. Otra de las cuestiones que se preguntan, es si por ejemplo, mujeres transexuales deben ser incluidas directamente en el grupo de "mujeres" en tanto que no experimentan como tales durante la infancia o su adultez.
Género y Liderazgo Político
Esta corriente teórica establece que las mujeres dirigen de manera diferente como legisladoras, ejecutivas y jueces. Algunos teóricos de este campo establecen que el liderazgo político está "masculinizado" para excluir de antemano el liderazgo que las mujeres pueden proveer en la esfera pública.