La Iglesia como Sacramento Universal: Presencia de Cristo y los Siete Misterios de Salvación
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La Iglesia: Sacramento Universal de Salvación
La Encarnación de Jesús, el Hijo, es el hecho fundamental que nos descubre el significado profundo de un sacramento. Cuando Jesús pasa al Padre (su Resurrección), se hace necesario otro lugar de encuentro. Ese lugar lo van a ocupar quienes creen en Él, a quienes dejará el Espíritu Santo hasta el final de los tiempos. Por eso, en el espacio de tiempo que va desde la ausencia física de Jesús hasta la consumación de los tiempos, la Iglesia hará presente el plan de Dios a través de los sacramentos. Por tanto, la Iglesia señala la presencia de Cristo en la historia y por ello se la puede denominar sacramento o signo. Hasta que llegue el final de los tiempos, la Iglesia en el mundo es el sacramento universal de salvación.
La Iglesia como Cuerpo de Cristo y Mediación de la Gracia
La Iglesia es un lugar de encuentro, un espacio que ocupan quienes creen en Él, y por eso nos envía el Espíritu Santo en Pentecostés. Por tanto, la Iglesia es el Cuerpo de Cristo. La cabeza es Cristo, y los demás formamos parte de Él; así, Dios se hace presente en medio de los hombres. Podemos afirmar que la Iglesia es la presencia salvadora de Cristo en la historia, es la comunidad escatológica de la salvación (una comunidad que camina siempre al encuentro con Cristo). Así se comprendió la Iglesia a sí misma en los Hechos de los Apóstoles. El Concilio Vaticano II describe a la Iglesia como sacramento o signo hasta que Jesús regrese: "la Iglesia es, en el mundo, sacramento universal de salvación", es la mediación por la cual nosotros nos encontramos con Cristo.
Lo visible de la Iglesia ha de transparentar la vida que lleva en su interior. La Iglesia no se puede separar de la sacramentalidad general en la que se hace visible el mismo Cristo. Cuando separamos Iglesia y Cristo, la comprensión de su esencia se desvirtúa. O la Iglesia es de Cristo o pierde su razón de ser. Quien afirma "Cristo sí, Iglesia no" no comprende la profunda unidad. Por tanto, todo sacramento debe ser comprendido en este ámbito sacramental de la relación intrínseca de Cristo con su Iglesia. Y la unidad de todo esto la propicia el Espíritu Santo. Podríamos decir que los sacramentos de la Iglesia son acciones simbólicas del acontecimiento salvador de Jesucristo. Él es sacramento del Padre, comunica a la Iglesia su Espíritu y la convierte en sacramento suyo en la historia.
Los Siete Sacramentos de la Iglesia
El número siete evoca en la Biblia la plenitud. A través de estos sacramentos se hace presente la única Historia de la Salvación. Los gestos y las palabras de Jesús en los sacramentos que la Iglesia celebra resumen el fundamento esencial de la misma Iglesia. Fueron instituidos por Cristo y se clasifican de la siguiente manera:
- Sacramentos de Iniciación Cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
- Sacramentos de Sanación: Unción de los Enfermos, Penitencia o Reconciliación.
- Sacramentos al Servicio de la Comunidad y la Misión (o de los Estados de Vida): Matrimonio y Orden Sacerdotal.