La Ilustración: Principios, Corrientes y el Conflicto con el Antiguo Régimen
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Principios Fundamentales del Ideario Ilustrado
La Ilustración surge a finales del siglo XVII en el Reino Unido, aunque su centro difusor principal fue Francia a lo largo del siglo XVIII, conocido como el Siglo de las Luces. Se trata de una nueva corriente de pensamiento que utiliza la razón como medio esencial para comprender la realidad y alcanzar el conocimiento, el cual es la base de la felicidad. Para los ilustrados, nada puede estar por encima de la razón, ni ningún tipo de autoridad o tradición.
Fuentes y Pilares de la Ilustración
Las ideas ilustradas provienen de autores clave como Locke, Montesquieu (teórico de la separación de poderes), Rousseau (proponente del contrato social) y Voltaire. De sus postulados se pueden extraer los siguientes principios comunes:
- Predominio de la Razón: Es el instrumento supremo para alcanzar la verdad. Para ello, todo tiene que someterse a su crítica. Cualquier conocimiento que no sea racional será rechazado.
- Defensa de la Autonomía del Poder Político: Se busca una monarquía que controle todos los aspectos, especialmente el poder religioso.
- Tolerancia Religiosa: Vista como una manifestación de la libertad individual. Los ilustrados podían ser defensores de la religión o agnósticos.
- Interés por las Actividades Productivas: Búsqueda de la mejora de las condiciones de vida de los súbditos para alcanzar la felicidad.
- Valor de la Educación: Debe ser dirigida por el Estado para difundir el progreso y la razón (el medio para obtener conocimiento y, por ende, la felicidad).
Estas ideas condujeron a una crítica profunda de la sociedad estamental, negando los privilegios del Antiguo Régimen y afirmando el derecho a la igualdad y libertad de todos los hombres. Además, criticaron la organización económica y la falta de libertad para comprar y vender, defendiendo la propiedad privada y la libertad de comercio e industria. Asimismo, sin negar necesariamente la existencia de Dios, se opusieron firmemente al dominio ideológico de la Iglesia. Finalmente, hicieron frente al absolutismo monárquico, defendiendo la separación de poderes (Montesquieu) y la idea de soberanía nacional (Rousseau), afirmando que el poder emana del pueblo a través del voto.
Tendencias dentro del Pensamiento Ilustrado
El pensamiento ilustrado se dividió en dos grandes corrientes:
1. Ilustrados Moderados
Aceptaban la estructura social y política existente, pero criticaban los privilegios de la nobleza y el clero. Proponían reformas destinadas a mejorar las condiciones de las clases populares. Aceptaban los principios religiosos, pero rechazaban la superstición, los abusos y las tradiciones falsas.
2. Ilustrados Radicales
Buscaban transformar las bases del sistema, eliminando los privilegios y proponiendo modelos que limitaran drásticamente el poder del rey. Criticaban las creencias religiosas tradicionales, dividiéndose en deístas y agnósticos.
Limitaciones y Obstáculos del Proyecto Ilustrado
Los gobiernos ilustrados enfrentaron numerosos obstáculos, provenientes tanto de la ignorancia y miseria de las clases populares como de la oposición férrea de la nobleza y los eclesiásticos, quienes se negaban a perder sus privilegios. A pesar de la moderación de muchas propuestas, los partidarios de las reformas se encontraron con serios conflictos:
Vigilancia de la Inquisición
Aunque la Inquisición estaba controlada por monarcas como Carlos III, mantuvo una estricta vigilancia sobre las ideas ilustradas mediante la censura de libros y la supervisión de conductas y pensamientos. Esto supuso un freno significativo para las reformas más avanzadas.
El proceso más destacado fue el de Pablo de Olavide, denunciado por eclesiásticos ante la Inquisición, acusado de desafecto a la religión por criticar las formas señoriales de tenencia de la tierra. Fue condenado a ocho años de reclusión en un monasterio y a la confiscación de sus bienes, aunque logró huir a Francia un año después.
Lentitud de las Reformas y Radicalización Ideológica
Los impedimentos impuestos por los poderosos a las reformas abrieron paso a nuevas ideas que propugnaban la transformación radical del sistema. Progresivamente, los reformistas radicales defendieron un nuevo concepto de poder, gobierno y sociedad, caracterizado por:
- Limitación del poder real.
- Abolición de privilegios.
- Separación de poderes.
- Defensa de derechos individuales, libertad e igualdad ante la ley.
- Proclamación de una constitución.
Estos rasgos son característicos de un incipiente liberalismo español. Paralelamente, entre los enemigos de las reformas, surgió un pensamiento conservador y reaccionario, contrario a todo tipo de cambio e innovación.