El Impacto Profundo de la Educación Femenina en la Salud y el Desarrollo Global
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Impacto de la Educación Femenina en la Salud
Si una niña en África finaliza la educación básica, tiene tres veces menos posibilidades de contraer VIH (CAMFED 2010). Una niña que haya recibido educación tiene más control sobre su vida reproductiva y es más probable que use anticonceptivos para espaciar sus embarazos en intervalos más saludables (Abu-Ghaida y Klasen 2004). También es probable que tenga menos familia: las mujeres que cuentan con siete o más años de escolarización tienen de dos a cuatro hijos menos que las que no han asistido a la escuela (Banco Mundial 1993, Colclough y Lewin 1993, Summers 1994). Dar prioridad a la educación de las niñas también protege a la generación venidera contra la mutilación genital femenina. En Tanzania, las niñas tienen tres veces y media menos probabilidades de sufrirla y en Costa de Marfil cinco veces menos si sus madres han ido a la escuela (UNICEF 2005a).
Educación y Supervivencia Infantil
Cuanta más educación tiene la madre, más posibilidades tienen ella y sus hijos/as de estar sanos/as. Desde 1970, la mitad de la reducción de la mortalidad infantil por debajo de los 5 años en 175 países fue debida a las mejoras realizadas en la educación de mujeres en edad reproductiva (Gakidou, Cowling, Lozano y Murray, 2010). Los niños y niñas cuyas madres han completado la educación básica tienen un 40% menos de probabilidades de morir en la infancia en comparación con aquellos/as cuyas madres no han asistido a la escuela (Watkins 2001). También tienen el doble de probabilidades de superar los cinco años (Bicego y Ahmad 1996) y la mitad de probabilidades de estar malnutridos (Save the Children 2005). Tendrán dos veces más probabilidades de estar vacunados (UNICEF 2005) y el doble de probabilidades de asistir a la escuela (UNICEF 2005).
Fortalecimiento Económico a Través de la Educación
La educación capacita a niñas y mujeres a acceder a empleos más seguros y mejores. Un año extra de escuela primaria incrementa el salario potencial de una niña en un 10-20% y el impacto de este incremento se multiplica porque mujeres y niñas hacen buen uso del dinero que ganan, reinvirtiendo el 90% en sus familias en comparación a un 30-40% en el caso de los hombres (Fortson 2003). El impacto económico también se siente a escala macroeconómica, pues el aumento de educación en la mujer conduce a un incremento del crecimiento nacional: un simple 1% de aumento en el número de mujeres con educación secundaria incrementa el crecimiento de los ingresos per cápita anuales de un país en un 0,3% (PLAN 2008).