El Imperio de Carlos V: Conflictos y Desafíos

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El Imperio de Carlos V: Conflictos internos: Comunidades y Germanías

La causa inmediata de la formación del imperio fue la acumulación de herencias territoriales que se depositaron en la persona del joven Carlos. De sus abuelos maternos Isabel y Fernando, recibió la Corona de Castilla y sus dominios americanos, Navarra, la Corona de Aragón y sus posesiones en el Mediterráneo, y las plazas del norte de África. La Corona hispánica, y sobre todo Castilla, se convirtió en el centro del Imperio.

El Imperio de Carlos V tuvo tres objetivos fundamentales:

  1. Enfrentamiento con Francia por la hegemonía europea.
  2. Defensa de la cristiandad frente a los turcos.
  3. Defensa de la ortodoxia católica frente a los protestantes europeos.

La pugna mantenida por Carlos V y Francisco I de Francia por la hegemonía europea, duró más de veinticinco años. Tres fueron los campos primordiales del enfrentamiento: Navarra, Borgoña y los dominios italianos. El intento de anexión de Navarra por parte del rey francés se saldó con un fracaso, quedando definitivamente anexionada a la Corona española. Francisco I ocupó inicialmente este territorio, pero fue posteriormente derrotado en la batalla de Pavía, en 1525. Carlos se aseguraba el dominio del Milanesado y Francisco el de Borgoña.

El enfrentamiento con los turcos se saldó con un fracaso. El avance turco se dio en dos sectores: en la Europa Central y en el Mediterráneo occidental. Tras la batalla de Mohacs (1526) dominaron casi toda Hungría. Los esfuerzos de Carlos I fueron defensivos en este sector. En el Mediterráneo Barbarroja desde Argel amenazaba los territorios italianos y el comercio aragonés. Carlos I dirigió la conquista de Túnez (1535), pero tras la derrota se afirmó la hegemonía turca en esta zona.

La aparición del protestantismo en el centro de Europa produjo el enfrentamiento con la ortodoxia católica defendida por Carlos I. Este tuvo siempre como meta de su reinado el mantenimiento de la unidad política y religiosa del Imperio y para ello organizó varias reuniones entre teólogos protestantes y católicos pero no hubo ningún acuerdo.

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