El Impresionismo Musical Francés: Debussy, Ravel y Satie

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Claude Debussy

Claude Debussy, premio de Roma con la cantata El hijo pródigo. En París es frecuente la tertulia que preside el poeta simbolista Mallarmé. Sobre uno de cuyos poemas compone su célebre Preludio a la siesta de un fauno. Su tratamiento tímbrico es muy original. Conoce a Maurice Maeterlinck, el principal representante del llamado Théâtre d'Art simbolista, y se entusiasma por su drama Pelléas et Mélisande y decide ponerle música. La acción, que se desarrolla en el Medievo, transcurre en un clima de ensueño cargado de alusiones simbólicas, y los diálogos. Debussy asigna a los cantantes un lenguaje recitativo y a la vez melódico, emparentado con el estilo representativo del manierismo italiano. Concibe la obra como un drama lírico con objeto de no interrumpir el fluido melódico-dramático. En la Exposición Universal de 1889 conoce el folclore español y las músicas exóticas que le impresionan profundamente. En su obra mostrará una preferencia especial por las escalas y armonías modales. El arte de Debussy es un arte para los sentidos, especialmente en su producción pianística se vale de la sugestión. Sus obras sinfónicas denotan un cuidado exquisito en la instrumentación.

Principales aportaciones de Debussy:

  • Abandono de las formas tradicionales; en sus obras, la forma es provocada por el mismo desarrollo de la idea musical.
  • Ensanchamiento del concepto de tonalidad mediante el uso de escalas antiguas o exóticas y la libre disposición de los acordes.
  • Preocupación tímbrica como base de la impresión.

Un esteticismo a ultranza por el cual la obra de arte es considerada como un fin en sí misma, un objeto preciso e inútil.

Erik Satie

Erik Satie no puede ser considerado como músico impresionista. La extravagante personalidad de él aumenta su interés para nosotros al descubrir la influencia de algunas de sus obras que ejercieron sobre Debussy. El carácter irónico y burlón de Satie se revela en los títulos que daba a algunas de sus breves composiciones: Tres piezas en forma de pera. Más tarde, derivando su estilo hacia una técnica neoclásica. Colaboró con Jean Cocteau y Pablo Picasso, y escribió el ballet Parade. Su ópera Sócrates está basada en textos de Platón.

Maurice Ravel

Maurice Ravel fue un antirromántico como Debussy y Satie, aunque no rechazó por completo la herencia de Wagner y sus seguidores. Fue un ecléctico que aprovechó aquello de cada estilo que le convenía y lo supo hacer tan bien que el resultado fue absolutamente novedoso. Sirviéndose de procedimientos impresionistas, se le encuadra dentro del moderno neoclasicismo por su ansia de perfección, una constante preocupación por la coherencia y el equilibrio formal. Se vale de melodías modales y armonías de gran colorido, lo que contribuye al ensanchamiento de la tonalidad. Su producción pianística es muy extensa: los juveniles Minueto antiguo y Habanera. Ravel es admirado por sus conocimientos de la orquesta y sus asombrosas dotes de instrumentador. Orquestó muchas páginas escritas en principio para el piano. Sus obras para orquesta son modelo de claridad, a pesar de requerir generalmente un gran número de ejecutantes, de los que extrae hasta el máximo las posibilidades tímbricas: Dafnis y Cloe, Bolero. Compuso también dos conciertos para piano y orquesta de corte tradicional, así como diversas piezas de música de cámara.

Otros compositores

Albert Roussel y Florent Schmitt son los epígonos del movimiento impresionista. Roussel busca realizar una música que se satisfaga a sí misma, liberada de todo elemento pintoresco. Sus ballets son Baco y Ariana. Schmitt fue un músico atento a todas las novedades, aunque no un revolucionario. Su Tragedia de Salomé.

La escuela francesa, surgida en torno al impresionismo, al convertirse París en el centro musical y cultural de Europa, influyó en compositores como Manuel de Falla o el italiano Ottorino Respighi.

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