El Impresionismo: Una Revolución en el Arte
Clasificado en Plástica y Educación Artística
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1. Introducción: El Nacimiento del Impresionismo
El Impresionismo es un movimiento que rompe con las fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes, la cual fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales en el Salón parisino. En 1863, Édouard Manet expone su famoso cuadro "Desayuno sobre la hierba", que escandaliza a los sectores tradicionales y entusiasma a los innovadores.
En realidad, el Impresionismo surge de un grupo de pintores que se reúnen para exponer en la antigua vivienda del fotógrafo Nadar en junio de 1874. Esta exposición supuso el rechazo de las obras allí expuestas. Las críticas hacia el cuadro de Claude Monet "Impresión, sol naciente" dio involuntariamente nombre a los artistas, al apellidarlos con desprecio como "impresionistas".
Los primeros antecedentes del Impresionismo se encuentran en la escuela veneciana, en la que el color constituía una prioridad y la pincelada era suelta y ligera. Pintores como Frans Hals, Rembrandt, Velázquez, Goya, Turner o Constable nos anunciaban la llegada del Impresionismo. También hay que destacar la influencia del arte japonés que había llegado a París, donde se podía admirar los colores planos y simples y el tratamiento de la luz y la sombra en los grabados de madera, así como las posibilidades del dibujo.
Sin duda, el Impresionismo es un estilo en el cual hay que ver la ruptura con la pintura tradicional y el punto de partida de la pintura del siglo XX.
2. Características Generales del Impresionismo
- Representación espontánea y directa: El objetivo de los impresionistas era conseguir una representación del mundo espontánea y directa. Hasta entonces, la pintura reproducía un escenario en el que ocurría un acontecimiento que conformaba el mensaje para el espectador. Con el Impresionismo, se busca reproducir la percepción visual del autor en un momento determinado, la luz y el color real que emana de la naturaleza en el instante en el que el artista lo contempla.
- El paisaje como tema principal: El tema más repetido en el Impresionismo es el paisaje, que hasta ese momento había sido considerado un tema secundario, excepto en la pintura barroca holandesa. El paisaje servía como pretexto para representar los efectos de la luz en los objetos. Estas representaciones del paisaje se hacían al natural: es la llamada pintura à plein air.