Indumentaria en el Antiguo Egipto: Un Vistazo a Través del Arte

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Egipto representa a nivel mundial la imagen más perfecta del mundo antiguo. La riqueza y variedad de los vestigios legados a la posteridad no tiene parangón y llenan museos de numerosos países: estatuas, pinturas, objetos diversos decorativos y funcionales, así como los únicos y más portentosos monumentos conservados de aquellos milenios: las pirámides de Guiza y los templos de Karnac y Luxor. Apenas conservamos ropas de los antiguos pobladores del Nilo, pero sí incontables imágenes que llenan nuestra imaginación de formas imprecisas pero sumamente sugestivas.

1. Claves Estilísticas

Caracteriza al traje egipcio la perfecta armonía entre materia (lino), color (blanco), volumetría (drapeado) y decoración (estructural: plisado). El lino produce tejidos que tienden a arrugarse formando surcos de aristas cortantes: esta naturaleza la aprovecharon los egipcios y la elevaron, por medio del plisado, a categoría suprema de la belleza vestimentaria. En coherencia con el material, no encontramos estampados, que lucirían penosamente sobre las arrugas, y la ornamentación aplicada se restringe a los orillos.

2. Desnudez

La ausencia de prendas de vestir cubrientes no despertaba pudores entre los egipcios. Rara vez se representa sin ellas la aristocracia, pero no por pudor sobre el cuerpo desnudo, sino por deseo de manifestar mediante la indumentaria su preeminencia social. Los senos femeninos se muestran con naturalidad. Los enseñan las plañideras de la Tumba de Ramose (figura 1), no perturba el luto; muestra también un pecho una figura que representa probablemente a la poderosa reina Tiyi (figura 2). Las esclavas son a menudo representadas desnudas, sin faldas, y también laboran completamente desnudos algunos agricultores representados en la Mastaba de Ti. ¿Por su juventud, porque son esclavos, por comodidad? Nos falta la respuesta.

3. Prendas Masculinas de Vestir

La pampanilla o taparrabos con el que se representa invariablemente a los varones egipcios, envuelve las caderas y los genitales separadamente (no es una falda) en una estructura semejante a la de un pañal infantil. Entre la que viste el faraón Micerino (figura 3) y la de Tutmosis III (figura 4) han pasado más de mil años, pero la hechura es la misma.

4. Prendas de Vestir para los Dos Sexos

Los dos sexos rapan sus cabezas para evitar que sus cabellos se infesten de insectos y adornan sus calvas con voluminosas pelucas realizadas con fibras vegetales teñidas y adornadas con joyas; reúnen sin duda lo más brillante del atuendo egipcio. La costumbre de rapar la cabeza es común todavía entre distintos pueblos africanos. Ambos sexos utilizaban kohl en los ojos, pero el maquillaje parece que ya entonces era más notorio entre las mujeres (figura 6). Hombres y mujeres vestían faldas anudadas como pareo, es decir, un rectángulo de tejido en el que uno de sus extremos se vuelve sobre la cintura para conseguir la sujeción de la prenda (figura 5), sistema común a numerosas faldas antiguas como el sampot de Camboya o el sarong de Malasia. El pecho desnudo, o parcialmente desnudo, se cubre con un pectoral o torques realizado con cuentas (figuras 8 y 10), ornato persistente en numerosos pueblos de la región, particularmente los masai.

5. Prendas de Vestir Femeninas

Las prendas que cuelgan desde los hombros —digamos convencionalmente túnicas o vestidos— podían cubrir los pechos o mostrarlos. Algunas de estas túnicas parecen sujetas por medio de tiras anchas que ejercerían simultáneamente la función de sujetadores (figuras 7 y 8 izda.). Las túnicas más complejas eran posiblemente dos haldas de tejido muy fino convenientemente sujetas con un ancho cinturón de tejido a fin de ajustarse al torso y generar, incluso, la sensación de incorporar mangas cortas. Esta túnica principal sería la que viste Seti I en la figura 8, los esposos Meryt y Maya (fig. 9), la esposa de Tutankamón (fig. 10). La hemos descrito según la interpretación que ofrece Mary C. Houston, la cual la denomina provisionalmente, a falta de otro nombre, "vestido de dignidad" (fig. 11).

6. Faraón

Lo distinguimos sobre todo por sus tocados: la toca o cofia de rayas horizontales (semejante en hechura a la toca de algunas monjas) recibe en algunos libros el nombre de nemes y en otros el de klaft; se remata en la frente con ureus, una serpiente (figura 4). Las tiaras elevadas se refieren a la soberanía sobre las tierras: Alto Egipto (corona troncocónica) y Bajo Egipto (alta tiara bulbosa: figura 3).

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