La Industria Textil y Siderúrgica en la España del Siglo XIX
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La industria algodonera fue la que abrió el camino a la modernización y a la producción en masa. Esta se había desarrollado en el siglo XVIII gracias a la protección estatal. La pérdida del Imperio colonial la privó de un mercado importante. La demanda peninsular no era despreciable, pero la pobreza y las malas condiciones del transporte representaban graves inconvenientes. La industria algodonera se desarrolló en Cataluña. ¿Razones? El relativo adelanto de Cataluña; por otro lado, la protección arancelaria, que hizo que la industria algodonera, dirigida casi exclusivamente al mercado nacional, se desarrollara notablemente. La industria algodonera española caminó por detrás de la inglesa; sus técnicas fueron siempre a la zaga, el tamaño de sus fábricas fue menor y sus precios más altos.
Y a pesar de la escasez del mercado interior, el crecimiento de la industria algodonera no fue despreciable, porque los tejidos de algodón reemplazaron a los de lana y lino; porque la industria algodonera española fue sustituyendo gradualmente a la inglesa en el mercado español gracias a la protección arancelaria y a la represión del contrabando. El desarrollo se interrumpió hacia 1855 por una serie de razones: la política económica progresista abrió nuevas posibilidades de inversión (minas, bancos, ferrocarriles); la Guerra de Secesión americana provocó un “hambre de algodón” a partir de 1861. Tras 1868, la industria catalana comenzó a recuperarse, pero sólo hasta la década de los 80; Cataluña exigió mayor protección legislativa, a lo que Madrid accedió y en 1882 se promulgó la Ley de Relaciones Comerciales con las Antillas, que reservaba de hecho los mercados coloniales antillanos a la industria española. La industria volvió a crecer, pero la independencia de Cuba y Puerto Rico fue un duro golpe para la industria algodonera.
Siderurgia
España producía mineral de hierro, pero el tener buenos depósitos férricos no era lo más importante para convertirse en una potencia siderúrgica; había dos cosas más importantes: la abundancia de buen carbón coqueficable y una fuerte demanda de los productos de la industria. Esto faltaba en España.
Primeros Altos Hornos
- Los primeros altos hornos se sitúan en Málaga, desde 1830 aproximadamente hasta 1860, en que empezó a declinar.
- Predominio de la siderurgia asturiana, al lado de las cuencas carboníferas de Mieres y Langreo. La fábrica de Mieres, instalada en 1848, estuvo siempre en manos de compañías extranjeras, primero inglesas y después francesas (Numa Guilhou). La fábrica de La Felguera perteneció a la Sociedad Pedro Duro y Cía.
- Sin embargo, Vizcaya terminó convirtiéndose en el símbolo de la siderurgia en España gracias a la exportación de mineral de hierro: las exportaciones a Gran Bretaña abarataban el transporte de coque británico en los buques que hacían la travesía a Bilbao para embarcar mineral vasco. La siderurgia vizcaína no iniciaría un crecimiento sostenido hasta la época de la Restauración, constituyéndose tres sociedades anónimas que se fusionaron en 1902, formando Altos Hornos de Vizcaya.
Causas del Atraso
¿Por qué el atraso? Puede que por la exención arancelaria que se dio a la importación de material ferroviario; pero no está claro que los fabricantes españoles hubieran podido asumir la demanda de los ferrocarriles, que habrían tenido que retrasarse. Otras causas: atraso técnico y educativo, escasa demanda, escasez de buen carbón en condiciones competitivas.