Industrialización en España durante el Siglo XIX: Retos y Desarrollo Regional

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Las Peculiaridades de la Incorporación de España a la Revolución Industrial

Durante el siglo XIX, España experimentó un proceso de desarrollo industrial muy localizado en el sector textil de Cataluña y el metalúrgico del País Vasco, unido a otras zonas costeras más dispersas. El desarrollo industrial se centró en estas áreas debido a su fácil accesibilidad por mar y su cercanía a los países europeos más avanzados. El resto de España permaneció sin industrializar.

La incorporación de España a la Revolución Industrial fue tardía, incompleta y desequilibrada respecto a los países del centro y norte de Europa. Las causas de esta situación fueron:

  • Inestabilidad política: Guerra de la Independencia, pérdida de los territorios americanos y guerras carlistas.
  • Carbón escaso, de mala calidad y difícil explotación.
  • Carencia de materias primas, por ejemplo, el algodón, que debía importarse en su totalidad.
  • Deficiente red de comunicaciones.
  • Falta de capitales nacionales y dependencia técnica, financiera y energética del exterior.
  • Debilidad del mercado interior, por la baja capacidad adquisitiva de la mayor parte de la población.
  • El estancamiento de la agricultura no proporcionó mano de obra a la industria ni hizo aumentar el nivel de vida del campesinado (la mayoría de la población).
  • Escasa competitividad en el mercado internacional. Las medidas proteccionistas generalizadas de los gobiernos conservadores, que prevalecieron durante el periodo, encarecían los productos españoles.

La Actividad Industrial en España

La industrialización fue muy lenta. Se necesitaban dos factores: un mercado amplio y fuertes inversiones para mejorar la tecnología. Los sectores clave de la industrialización inglesa (algodón y siderurgia) se desarrollaron solo en algunas regiones. Hacia 1875, todavía dominaban en el sector las actividades industriales tradicionales: alimentación (harina, aceite, conservas, vino), vestido (calzado), papelera, cerámica, vidrio, que eran las verdaderamente representativas del siglo XIX español.

a) Minería y Fuentes de Energía

  • En el siglo XIX se desarrolló una gran demanda internacional de minerales debido a la industrialización, con avances en las técnicas de explotación que abarataron costes.
  • La explotación minera experimentó una importante transformación con la aprobación de la Ley de Minas de 1868, durante el Sexenio.
    • La situación de la minería española antes de esta ley se caracterizaba por:
      • Los minerales españoles apenas se exportaban.
      • Las minas, desde el siglo XVI, eran propiedad del Estado: las más productivas eran explotadas por el Estado (minas reservadas). Las otras se cedían a particulares por un tiempo (no reservadas).
    • La Ley de Minas de 1868 facilitó la llegada de capital extranjero al ponerse a la venta las minas no reservadas a particulares, que se convertían en propiedad particular a perpetuidad a cambio de un canon anual. Algunas minas reservadas también fueron vendidas, como las de Riotinto (cobre); otras, como Almadén (mercurio), continuaron siendo del Estado, aunque la explotación se cedió a la compañía Rothschild.
    • Entre 1868 y 1914, las minas tuvieron una explotación intensiva, calificada por muchos como de expoliación, con efectos económicos muy escasos en España.
    • Los principales recursos eran: hierro en Málaga, Vizcaya y Santander; cobre y pirita en Huelva; plomo en Cartagena y cinc en Asturias.
    • El carbón fue la fuente de energía básica de la 1ª Revolución Industrial. Se concentraba en Asturias y León, pero era escaso, caro y de baja calidad.
    • En 1900, los minerales, sobre todo el hierro, representaban 1/3 de las exportaciones. Los beneficios se invirtieron, sobre todo en el País Vasco; por Bilbao salía el 90% del mineral.

b) La Industria Textil Catalana

  • Antes del siglo XIX ya había una importante actividad comercial y una cultura manufacturera y artesanal basada en la lana y las fábricas de “indianas” del siglo XVIII.
  • El sector del algodón se desarrolló gracias al proteccionismo arancelario y a una modernización técnica (máquinas de vapor - 1832 por primera vez, en la fábrica Bonaplata de Barcelona).
  • A mitad de siglo, representaba el 60% del sector industrial. La producción se destinaba al restringido mercado español, Cuba y Puerto Rico.
  • A partir de la segunda mitad del siglo, su crecimiento estuvo limitado por:
    • a) Su incapacidad de atraer inversiones del sector bancario; predominaba la autofinanciación familiar.
    • b) La evolución de la industria de los bienes de equipo. Avanzó más el hilado que el tejido; los telares se mecanizaron más lentamente.
  • Con una evolución alternativa de crecimiento y crisis, el sector se mantuvo con medidas proteccionistas del gobierno y la exclusividad del abastecimiento del mercado colonial, sufriendo un serio golpe tras el desastre colonial de 1898.
  • A principios del siglo XX, el textil aún era el sector más importante de la industria catalana.

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