Infraestructuras de Transporte Terrestre en España: Carreteras y Ferrocarril
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El ferrocarril y las carreteras son los medios más utilizados para el desplazamiento de personas y mercancías. El trazado y la densidad de nuestra red de transporte terrestre están muy condicionados por el medio físico, cuyas características son la elevada altitud y una orografía accidentada.
Las Carreteras en España
El crecimiento continuo de la densidad de tráfico en las carreteras españolas ha hecho necesaria la construcción de un número cada vez mayor de tramos de alta capacidad. España dispone de una amplia red de carreteras, como las autopistas y las autovías.
Esta red de carreteras de alta capacidad ha adoptado la disposición radial de las distintas redes de comunicación del país, adaptándose a los trazados de mayor tráfico. Dicha red se estructura de forma jerárquica.
El primer plan de carreteras se centró en reforzar los ejes radiales. Madrid era el centro de dicha red, donde confluían las seis carreteras nacionales. Se hizo necesario reforzar algunos ejes transversales para comunicar de forma más equilibrada el territorio peninsular.
El rasgo más sobresaliente de los planes actuales es su incidencia en los ejes transversales, donde destacan el eje de la Ruta de la Plata y el eje Somport-Sagunto, junto con los ejes del Cantábrico, Camino de Santiago, litoral sur y, finalmente, Valencia-Lisboa.
Las comunicaciones terrestres transeuropeas son difíciles debido a nuestro carácter peninsular y a la alineación montañosa de los Pirineos, que actúa como barrera natural. Nos conectamos con Europa a través de sus extremos oriental y occidental. Sin embargo, los nuevos ejes transpirenaicos contemplan el eje Burdeos-Valencia y el eje Barcelona-Toulouse.
Con la realización de estos Planes Generales de Carreteras, podemos afirmar que España ha experimentado un cambio radical en el mapa de accesibilidad. No obstante, todavía quedan amplias superficies de España fuera de los grandes corredores de vías rápidas, que coinciden con áreas de relieve accidentado y escasa actividad económica.
El Ferrocarril en España
Protagonista de la Revolución Industrial, el ferrocarril mantuvo su apogeo como medio de transporte hasta los años 50 del siglo XX.
Los primeros tramos que funcionaron fueron La Habana-Güines, Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez. El ancho de vía fue estudiado por ingenieros españoles que debieron tener en cuenta la orografía y la potencia de las locomotoras existentes. Este ancho de vía es distinto al del resto de Europa, lo que provocó que España quedara, en cierto sentido, aislada.
Tras la Guerra Civil, se procedió a la nacionalización de todas las compañías ferroviarias, muchas de ellas en quiebra, y se creó RENFE. Cuando en los años sesenta se inició la etapa del desarrollismo, el ferrocarril no se encontraba en condiciones de competir con el transporte por carretera.
En 1965 se creó FEVE. La red básica de ferrocarriles tiene una disposición radial. De Madrid salen tres ejes principales. Solo existen dos ejes transversales. A esta red básica podemos añadir una red complementaria. Este nuevo modelo radial no potencia las comunicaciones interregionales.
El AVE se inició con el tramo Madrid-Sevilla. El AVE tiene grandes ventajas en cuanto a ahorro de tiempo. Pero lo que resulta evidente es que los planes de futuro han apostado por él. Europa apuesta también por el tren de alta velocidad. El programa de trenes de mercancías también prevé importantes inversiones integradas con otros medios de transporte que aseguren la movilidad. En las ciudades importantes, el metro ocupa un lugar destacado, reduciendo los tiempos de desplazamiento.