Inmunidad e Infecciones: Tipos, Mecanismos y Efectos en el Organismo

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¿Qué es la Inmunidad?

La inmunidad es el conjunto de reacciones defensivas que desarrolla nuestro organismo frente a cualquier agente que pueda ser interpretado como un agresor. Es la forma en que el cuerpo identifica y se defiende de microorganismos, virus y sustancias reconocidas como extrañas y potencialmente perjudiciales.

Tipos de Inmunidad

Inmunidad Natural

La inmunidad natural es aquella en la que el organismo es resistente al agresor de forma hereditaria, sin necesidad de un contacto infeccioso previo.

Inmunidad Adquirida

La inmunidad adquirida se consigue a lo largo de la vida, ya sea de forma voluntaria o accidental. Se subdivide en:

  • Inmunidad pasiva: Se obtiene a partir de suero inmunizado. Este tipo de inmunidad no es duradera.
  • Inmunidad activa: Se obtiene tras haber padecido una enfermedad directamente relacionada con el agresor. También se puede conseguir inmunidad activa mediante la vacunación.

Infección: Definición y Consecuencias

Una infección ocurre cuando un microorganismo invade nuestro cuerpo y se multiplica. Puede ser causada por bacterias, hongos, virus o protozoos. Las consecuencias de una infección pueden afectar a varios sistemas del organismo, incluyendo:

  • Sangre
  • Corazón
  • Aparato respiratorio
  • Aparato excretor
  • Aparato digestivo
  • Sistema nervioso

Tras la invasión, los microorganismos deben multiplicarse para poder infectar. Muchos microorganismos patógenos tienen propiedades que aumentan la gravedad del proceso y les permiten resistir los mecanismos de defensa del cuerpo.

Efectos de la Infección en Diferentes Sistemas

Sangre

Durante una infección, aumenta el número de neutrófilos. Si la infección persiste, se produce un aumento de otros tipos de leucocitos. En algunos casos, las infecciones pueden provocar anemia como resultado de una hemorragia.

Corazón

Los cambios producidos durante la infección pueden alterar el ritmo cardíaco, disminuyendo o incrementando el volumen de sangre expulsado en cada contracción.

Aparato Respiratorio

La infección y la fiebre pueden provocar una respiración rápida. Aumenta el dióxido de carbono (anhídrido carbónico) en la sangre y en el aire exhalado, volviéndolo ácido. También puede aumentar la rigidez pulmonar y fatigar los músculos respiratorios del tórax.

Sistema Nervioso

Una infección grave puede provocar anomalías en la función cerebral, independientemente de si el cerebro es invadido directamente o no. En personas de edad avanzada, puede producir estados de confusión. La fiebre alta puede desencadenar convulsiones.

Aparato Excretor

Las infecciones pueden causar desde una pequeña pérdida de proteína en la orina hasta insuficiencia renal aguda. Esto puede deberse a un debilitamiento del corazón, a la caída de la presión arterial o a efectos directos sobre el riñón.

Aparato Digestivo

Las infecciones pueden alterar el hígado, incluso si no lo atacan directamente. Una infección grave puede provocar úlceras de estrés en la parte alta del intestino, lo que a veces puede dar lugar a hemorragias.

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