Inmunodeficiencias congénitas y adquiridas: Causas, tipos y VIH
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Inmunodeficiencias: Concepto y clasificación
Se considera que un individuo sufre una inmunodeficiencia cuando su sistema inmune es incapaz de detener una infección. Existen dos tipos principales de inmunodeficiencias:
- Congénitas
- Adquiridas
Inmunodeficiencias congénitas
Las inmunodeficiencias congénitas tienen un origen genético y son hereditarias. Se deben a fallos en la síntesis del sistema del complemento o a un desarrollo anormal de los órganos linfoides. Pueden clasificarse en:
Inmunodeficiencias debidas a linfocitos B
Estas inmunodeficiencias se deben a defectos en los linfocitos B, que son incapaces de producir anticuerpos normales o los producen en cantidad insuficiente. No suelen manifestarse hasta los 6 meses de edad.
Inmunodeficiencias debidas a linfocitos T
Estas inmunodeficiencias son más graves y se deben a fallos en los linfocitos T. Los pacientes con este tipo de inmunodeficiencia presentan frecuentes infecciones víricas latentes, como varicela, herpes, etc., y también infecciones por hongos variados.
Inmunodeficiencias adquiridas
Las inmunodeficiencias adquiridas aparecen en cualquier momento de la vida y tienen su origen en diversas causas externas no congénitas.
El SIDA (Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida)
El SIDA es una enfermedad infecciosa que reduce progresivamente la respuesta del sistema inmune y provoca su destrucción (inmunodeficiencia adquirida y celular). El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es el causante del SIDA y pertenece a la familia de los retrovirus. Su material genético es el ARN, y copia su información genética a ADN gracias a la enzima transcriptasa inversa (que no tiene corrección de errores, por lo que el virus muta continuamente).
El virus del SIDA es contagioso y puede transmitirse por:
- Contacto sangre-sangre. Por ejemplo, al compartir jeringuillas intravenosas.
- Contacto sangre-fluidos sexuales. Por ejemplo, en relaciones sexuales sin protección.
- Vía materno-filial: el virus es capaz de atravesar la placenta y llegar a la sangre del feto.
Infección por VIH
La entrada del virus puede no presentar síntomas o estos pueden ser muy leves. Alrededor de los 3 meses, ya se aprecian anticuerpos específicos en el torrente circulatorio. Se habla entonces de seroconversión o individuo seropositivo. El virus infecta a las células de tipo linfocito T, produciendo un descenso en su número. La calidad de vida del individuo no tiene por qué verse afectada en este momento.
Con el tiempo, el número de linfocitos T empieza a descender, por lo que se dispara el riesgo de sufrir ciertas enfermedades, llamadas enfermedades oportunistas (neumonías, meningitis, etc.). Cuando el nivel de linfocitos T desciende de los 200 linfocitos por mm3 de sangre, puede actuar el parásito Pneumocystis carinii, que causa una variedad de neumonía. También pueden aparecer sarcomas.
Hoy en día, esta enfermedad está más o menos controlada gracias al uso de antirretrovirales. Aun así, la prevención es el mejor arma contra esta enfermedad.