Innovación y Crítica Social en el Teatro Español Post-Realista

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Nuevas Formas Dramáticas

Hacia 1970 irrumpe en la escena española un grupo de dramaturgos que, sin formar propiamente una generación o una tendencia, se proponen superar las limitaciones estéticas del realismo, incorporando corrientes experimentales extranjeras: teatro de la crueldad, teatro del absurdo, living theater, underground, etc. La reacción antirrealista que encarnan no lleva aparejada la renuncia al contenido social y a la intencionalidad crítica de sus obras de teatro, más bien al contrario: les preocupan los temas políticos, sociales, morales referidos a España.

Estos dramaturgos son Francisco Nieva, Fernando Arrabal, José Ruibal, Manuel Martínez Mediero, Luis Matilla, entre otros.

Francisco Nieva (1929-2016)

Durante muchos años, Francisco Nieva fue más conocido como escenógrafo que como dramaturgo. Comenzó a escribir para el teatro desde muy joven, aunque no estrenó ninguna obra hasta los años setenta.

Los temas que trata dan origen a los tres apartados en que el propio autor clasifica su producción dramática:

  • El teatro furioso: comprende las obras que cuestionan las instituciones tradicionales españolas y el autoritarismo: El combate de Ópalos y Tasia (1935), Nosferatu (1961), Pelo de tormenta (1971), Carroza de lomo candente (1971).
  • El teatro de farsa y calamidad: al que pertenecen las obras más poéticas y de contenido metafísico: Malditas sean Coronada y sus hijas (1949-1968), El rayo colgado (1952), Tórtolas, crepúsculo y…telón (1953), Funeral y pasacalle (1971), Catalina del demonio (1988).
  • El teatro de crónica y estampa: de tema político: Sombra y quimera de Larra (1976).

Fernando Arrabal (1932)

Fernando Arrabal es uno de los autores más personales, interesantes y polémicos del teatro español y europeo del siglo XX, por la audacia formal, la virulencia del lenguaje y el espíritu provocador de sus obras. Además de dramaturgo, es novelista y director de cine.

Quevedo, Goya, Valle-Inclán, los surrealistas, los dadaístas, el teatro de la crueldad y del absurdo han influido en su escritura y visión anarquizante del mundo. Con el francés Topor y el chileno Jodorowski, Arrabal es uno de los máximos exponentes del “teatro pánico”, surgido en París en 1962. Por pánico se entiende una manera de ser presidida por la confusión, el humor, el terror, el azar y la euforia. Se caracteriza por el rechazo del orden y los valores de la burguesía, la denuncia de la opresión, la incomunicación y el sinsentido de la vida. Al ciclo del teatro pánico pertenecen El strip-tease de los celos y ¿Se ha vuelto loco Dios?

Del resto de su producción dramática hay que mencionar El arquitecto y el emperador de Asiria (1966), El jardín de las delicias (1967), Oye, Patria, mi aflicción (1975) y Carta de amor (como un suplicio chino), estrenada en 2002.

Los Grupos de Teatro Independiente y Teatro Alternativo

La renovación teatral que se produce en torno a 1970 no solo la traen los nuevos autores; también la hacen grupos de teatro independiente, que crean textos propios, hacen montajes colectivos y actúan fuera de los circuitos comerciales.

Destacan Los Goliardos y Tábano (de Madrid), La Cuadra (de Sevilla), Akelarre y Maskarada (de Bilbao), Els Joglars, Teatre Lliure, Dagoll Dagom, Els Comediants, La Cubana, Tricicle y La Fura dels Baus (de Cataluña), Teatro Universitario de Murcia, etc.

Últimas Tendencias y Dramaturgos

Tras unos años de dominio del teatro experimental, se advierte una vuelta a la estética realista, perceptible en autores y grupos independientes que, desde una perspectiva social y testimonial, se interesan por los temas de la vida contemporánea y cotidiana, como la repercusión social de la nueva economía, la marginación, la violencia, el impacto de las drogas o el conflicto generacional. Este realismo no excluye, sin embargo, los elementos oníricos o lo alucinante. Por una parte, se emplean elementos de la tradición, como el lenguaje del sainete; y por otra, se da una moderada renovación formal, visible en la experimentación con otras posibilidades teatrales.

Los nuevos dramaturgos, más proclives al humor y a la sátira, se inclinan por el género de la comedia, o más propiamente, de la tragicomedia, en sus distintas variantes: tradicional, farsa o esperpento; la tragedia, en cambio, es menos usual.

José Luis Alonso de Santos (1942)

Nació en Valladolid en 1942. En 1959 se establece en Madrid, en cuya Universidad Complutense obtiene la Licenciatura de Filosofía y Letras (rama Psicología) y en Ciencias de la Información (especialidad en Imagen). Su formación escénica se inicia en el Teatro Estudio de Madrid (TEM). Asimismo, cursa estudios de interpretación en la Escuela Oficial de Cinematografía.

Iniciación en el Teatro

En 1964 comienza su andadura como actor en el TEM. A partir de entonces y a lo largo de tres lustros trabaja con los grupos de teatro independientes.

El año 1975 supone el bautismo como autor de Alonso de Santos. Su primera obra ¡Viva el Duque, nuestro dueño! le hará merecedor del primer galardón de toda una serie: el Premio Festival de Sitges.

En 1977, recibe el Premio Ciudad de Valladolid, así como el del Certamen de Teatro de Segovia a la mejor dirección.

En 1978 comienza a ejercer el profesorado de Interpretación en la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid, labor que realizó hasta su jubilación.

En 1979 estrena Del laberinto al 30. Poco después recibe el premio de la Editorial Aguilar por su magnífica obra El combate de Don Carnal y Doña Cuaresma.

Consolidación del Autor

En 1981 recibe el premio del colectivo "El Gayo Vallecano" por su obra La estanquera de Vallecas, que como en todas ellas obtuvo un resonado éxito. El lenguaje es de evidente corte coloquial, registro en el que Alonso de Santos ha demostrado ser un maestro indiscutible.

El álbum familiar (1982) va a suponer un paso de gigante en la andadura teatral del autor. Se estrenó en el teatro María Guerrero, bajo la dirección del propio autor. LA Editorial Fundamentos publica el libro Teatro español de los 80 de Fermín Cabal y Alonso de Santos. Contiene entrevistas realizadas por uno u otro autor a distintas personalidades teatrales. Se trata de una recopilación de entrevistas a los autores-directores de teatro de las décadas 70 y 80.

En 1980, tiene lugar el fallo del premio “Rojas Zorrilla” que recae en Alonso de Santos por su obra Fuera de quicio. La acción de esta obra se desenvuelve en un centro psiquiátrico cuyos protagonistas se debaten entre el clima oprimente del entorno y el liberador impulso hacia el abrazo erótico. [Situada en el manicomio de un pueblo de Madrid, cuenta las andanzas de unos internos Rosa, Antoñita, Antonio y Juan que se enamoran y se desenamoran, llegándose a cometer un crimen; mientras, el director y la madre superiora andan metidos en sucios negocios de tráfico de droga.]

En 1985, se estrena en el Teatro Bellas Artes de Madrid su extraordinaria obra Bajarse al moro cuyo título hace alusión a una costumbre de aquellos años de ir a comprar droga a Marruecos. Esta obra fue galardonada con el Premio Nacional de Teatro: se premiaba de esta forma la ya sólida carrera de José Luis Alonso de Santos.

La última pirueta se estrena en 1986 en Teatro Monumental de Madrid.

Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas y Fuera de quicio marcan una nueva etapa en la dramaturgia de este autor. Son textos elaborados con su propia entidad, concebidos como escritura cerrada alejada de la improvisación escénica. El autor utiliza como fuente de inspiración la realidad que le rodea, haciendo resaltar una serie de códigos circunstanciales, que operan en el mundo cotidiano y que el autor entiende relevantes para testimoniar el momento histórico en que se sitúa la acción de la obra.

En cuanto a la forma y respecto a los registros del lenguaje, se da fundamentalmente el nivel coloquial, y, dentro de este, predomina el argot de la marginalidad.

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