Instrumentación y Orquesta en el Clasicismo: Evolución y Características
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Instrumentación y Orquesta del Clasicismo
La mayoría de los instrumentos sinfónicos ya existían desde el Barroco, aunque muchos de ellos cambian y se adaptan a los nuevos requerimientos estilísticos y de composición de la época. Así, los de viento aumentan el número de agujeros y llaves para adaptarse a las tonalidades con muchas alteraciones. Algunos instrumentos que surgen en este periodo son el pianoforte, el arpeggione y el clarinete, mientras pierden vigencia casi hasta su extinción la viola da gamba, el clavicordio, la flauta dulce (que volverá a renacer en el siglo XX), el bajón y el laúd, entre otros.
El fortepiano se impuso sobre el clave de tal forma que pasó a ocupar un lugar central en la música de cámara e incluso en los conciertos solistas. Este es un periodo clave también para la orquesta porque se configura la orquesta sinfónica como tal, por influencia de Mozart, Haydn y la escuela de Mannheim.
De la orquesta de cámara heredada del Barroco se mantiene la sección de cuerdas como base, aunque esta es ampliada en número y suele complementarse con al menos un par de oboes y de trompas. Al avanzar el siglo queda fijada la sección de instrumentos de madera a dos: dos flautas traveseras, dos oboes, dos clarinetes y dos fagotes. La sección de metal solía incluir entre dos y cuatro trompas, dos trompetas (con timbales) y, ocasionalmente, uno o varios trombones. Se abandona la práctica del bajo continuo, y con ello el clavecín en la orquesta, salvo para los recitativos operísticos.
La Música Religiosa en el Clasicismo
La música religiosa en esta época va a estar en declive, ya que la música instrumental como la ópera se van a convertir en géneros más solicitados por el público en general y sobre todo el pueblo llano y la burguesía. En la música religiosa del clasicismo se seguirán creando prácticamente los mismos géneros, dentro de los cuales destacará la misa, pero también surgió un tipo de misa especial que va a adquirir gran importancia en este periodo: el Réquiem. El réquiem es la música compuesta para la misa de los difuntos de la Iglesia católica. Dentro de este tipo de género, podemos destacar “El Réquiem de Mozart”, obra maestra de la música clásica. Esta obra se dice que fue encargada a Mozart por un personaje anónimo. Mozart, durante su composición de esta obra, estaba enfermo y terminó la obra con la palabra “amén”, palabra que se utilizaba al final de la misa, algo que resultó extraño ya que le faltaba la mitad por componer. La obra sería completada más tarde por un alumno del mismo.