Inteligencia Emocional: Clave para el Éxito en Ventas y el Bienestar Personal
Clasificado en Psicología y Sociología
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La Inteligencia Emocional y su Impacto en las Ventas
La clave del éxito en las ventas reside en el grado en que los empleados de una empresa comprenden y gestionan sus propias emociones, así como en su capacidad para reconocer los sentimientos de los clientes.
En los procesos de selección de personal, es cada vez más común someter a los candidatos a situaciones incómodas o estresantes para evaluar su reacción. Es fundamental observar cómo responden ante situaciones clave que encontrarán en su puesto de trabajo.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
Es la capacidad de: Sentir, Entender, Controlar y Modificar estados anímicos propios y ajenos.
La inteligencia emocional no puede alterar nuestro temperamento innato, pero sí podemos aprender a controlar nuestras expresiones temperamentales, reduciendo su intensidad o duración.
Aplicaciones de la Inteligencia Emocional
- Favorece nuestro bienestar psicológico, promoviendo un desarrollo equilibrado de nuestra personalidad.
- Contribuye a nuestra buena salud física, previniendo enfermedades originadas por desequilibrios emocionales persistentes (angustia, miedo, ansiedad, ira, irritabilidad, etc.).
- Fomenta nuestro entusiasmo y motivación. Gran parte de nuestra motivación en diversas áreas de la vida se basa en estímulos emocionales.
- Permite un mejor desarrollo de nuestras relaciones interpersonales en el ámbito familiar, afectivo, social y laboral. En este último, la Inteligencia Emocional optimiza la relación entre las personas, determinando el tipo de relación que mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros superiores (adaptabilidad) o con nuestros compañeros (trabajo en equipo). Las emociones influyen en cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo y/o la empresa.
¿Podemos Modificar las Emociones a Voluntad?
No siempre. Sin embargo, las emociones que se basan en sentimientos y/o procesos de pensamiento y razonamiento (rencor, ansiedad, tristeza, etc.) sí pueden ser controladas y modificadas, aunque dentro de los límites impuestos por cada temperamento.