Interpretación de Derecho: Métodos y Especies de Interpretación
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Interpretación de Derecho: Noción
Establecida la norma jurídica, incumbe a todos los habitantes y, en particular, a los funcionarios públicos y jueces la obligación de aplicarla. Pero la aplicación de la norma exige su previa interpretación para determinar si el caso concreto que se examina debe incluirse o no en aquella. Esta tarea es la función más allá del juez y la más ardua por las dificultades graves que se presentan al establecer el alcance del precepto jurídico. Interpretar es buscar el sentido y valor de la norma para medir su extensión precisa y apreciar su eficiencia en cuanto al gobierno de las relaciones jurídicas aparentemente comprendidas en el ámbito de su vigencia.
Especies de interpretación
La interpretación se distingue en tres especies:
- La interpretación legislativa, efectuada por el mismo legislador al definir cuál es el alcance y sentido de una norma precedente. Presenta la particularidad de que esta clase de interpretación es obligatoria para el intérprete, como la ley misma.
- La interpretación judicial, es la que realizan los tribunales de justicia al aplicar las leyes. A diferencia de la anterior, solo resulta obligatoria para las partes del juicio, salvo que se trate de sentencias plenarias.
- La interpretación doctrinaria, es la que emana de los autores de obras jurídicas. Carece de obligatoriedad formal, pero ejerce gran influencia porque el acabado conocimiento de las normas jurídicas llega a quienes han de hacer la aplicación de las leyes por intermedio de la doctrina de los autores.
Métodos de interpretación
- Métodos clásicos: la escuela de la exégesis
Esta escuela agrupó en el siglo XIX a los principales civilistas franceses y, a través de ellos, ejerció en todo el mundo un dominio intelectual incontrastable. Esbozaremos su doctrina y método y enunciaremos sus figuras representativas.
- Doctrina: se caracteriza por cuatro rasgos distintivos: el culto al texto de la ley, la sumisión a la intención del legislador, el carácter estatista y la supremacía del argumento de autoridad.
Bonnecase, cuya exposición seguimos en esta reseña, distingue dos periodos diferentes. El primero abarca desde 1819 a 1931 y comprende el programa y las luchas. El segundo inicia en 1899 con la obra de Geny. El esfuerzo intentado en la primera fase fue prematuro, el de la segunda fase resultó decisivo.