La Intervención Eclesial en lo Social: Fundamentos Teológicos, Fuentes de la DSI y el Concepto de Desarrollo Humano Integral
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Fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI): La voz eclesial en temas sociales
Todos los problemas del hombre, incluidos los sociales, son objeto de la preocupación de la Iglesia. Las razones que justifican esta intervención son:
- Dimensión Ética: Los problemas sociales tienen dimensiones éticas. La fe forma la conciencia del ser humano para asumir sus tareas históricas, pero con apertura a lo trascendente.
- Origen en el Pecado: Los problemas sociales tienen su origen y raíz en el pecado de los hombres, en la descristianización de la sociedad y en el olvido de los valores espirituales.
- Consecuencias Humanas: Las consecuencias de los problemas sociales también interesan a la Iglesia, porque las condiciones inhumanas de vida impiden la realización de la persona humana, su vocación de desarrollo y de salvación integral.
- Deber Magisterial: La Iglesia, por medio del Magisterio, tiene la obligación de proponer un concepto cristiano de la vida, lo cual exige el deber de escuchar estas enseñanzas.
- Evangelización Integral: Las notas esenciales de la evangelización incluyen la interpelación recíproca entre Evangelio y vida social.
Documentos, Fuentes y Origen Histórico de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI)
Rango Documental
Los documentos de la DSI son de diverso rango: Constitución Conciliar, Encíclica, Carta Apostólica, Radiomensaje, entre otros.
Fuentes de la DSI
En principio, las fuentes son la razón y la fe, que implican un caminar por la historia, enriqueciendo sus conocimientos y contenidos, de tal modo que la propia DSI se convierte en fuente de sí misma.
La Fe como Fuente
Cuando hablamos de fe, nos referimos a:
- La Sagrada Escritura.
- La experiencia de fe de la propia Iglesia (es decir: el Magisterio del Papa y los Obispos).
- El pensamiento de los Santos Padres.
- La Tradición Teológica.
- Las expresiones de fe de la comunidad cristiana.
La Razón como Fuente
Cuando hablamos de razón, nos referimos tanto a conocimientos pre-, post- y científicos.
Nacimiento Histórico
Su nacimiento tiene lugar en el siglo XIX, como complemento del tratado moral sobre la virtud de la justicia. Poco a poco, sin embargo, posee una identidad propia, con un perfil teológico bien definido, consecuencia del continuo desarrollo y evolución de la reflexión moral sobre complejos problemas sociales.
El Auténtico Desarrollo Humano Integral: Más allá de la Acumulación Material
La mirada que la encíclica invita a dar sobre el mundo contemporáneo nos hace constatar que el desarrollo no es un proceso rectilíneo. Hoy se comprende mejor que la mera acumulación de bienes y servicios, incluso a favor de una mayoría, no basta para proporcionar la felicidad humana.
La Distinción entre el Tener y el Ser
La encíclica del Papa Pablo VI señalaba la diferencia fundamental entre el tener y el ser. Tener objetos y bienes no perfecciona de por sí al sujeto, si no contribuye a la maduración y enriquecimiento de su ser, es decir, a la realización de la vocación humana como tal.
La Injusticia de la Distribución
Una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo es que son relativamente pocos los que poseen mucho y muchos los que no poseen casi nada. Esta injusticia radica en la mala distribución de los bienes y servicios destinados originalmente a todos.
El mal no consiste en tener como tal, sino en el poseer que no respeta la calidad y la ordenada jerarquía de los bienes que se tienen.