Islas míticas y paradisíacas: Un viaje a través de la leyenda

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Exploraremos algunos de los lugares más fascinantes de la mitología y la leyenda, islas que han capturado la imaginación de generaciones y que siguen inspirando sueños de paraísos perdidos y mundos maravillosos.

Campos Elíseos

Los Campos Elíseos eluden el lugar de residencia de determinados héroes y almas después de la muerte. Hace su aparición en la Odisea de Homero, como sede confortable en la que se gozaba de absoluta felicidad todo aquel que la habitase, situado en los confines de la tierra. Lo describe como un lugar de vida cómoda, con ausencia de nevadas, brevedad de inviernos, carencia de lluvias, etc., como un paisaje ideal, de ahí la conexión con nuestras islas.

Isla de los Bienaventurados

La idea de unas islas dichosas en las que residen héroes o almas se ve por primera vez en los Trabajos y Días de Hesíodo, y se refiere a una estirpe más justa, la de los héroes o semidioses, que van a vivir en unas islas que producen frutos tres veces al año, dulces como la miel en un fértil campo. Son frecuentes los elementos del locus amoenus:

  • Clima de eterna primavera
  • Extraordinaria riqueza forestal
  • Enorme fertilidad natural
  • Riqueza animal
  • Abundancia de agua
  • Riqueza mineral de piedras y metales preciosos
  • Vida sin fatigas

Islas Afortunadas

Las Afortunadas es una de las denominaciones con la que aún en nuestros días seguimos denominando a las Islas Canarias, pues tal denominación se aplicaba en muchos textos. Así, el primer texto antiguo que habla de nuestras islas y en el que se dan sus nombres y ciertas características topográficas, es el de Plinio el Viejo en su Historia Natural.

Jardín de las Hespérides

Hespérides significa "las occidentales". Aparecen sobre todo como cuidadoras del famoso Jardín de las Hespérides, que se trata de un jardín de los dioses, donde se encuentran las manzanas de oro, custodiadas por unas ninfas y un dragón, y donde se localiza un árbol de la vida. Este jardín aparece en uno de los Doce Trabajos de Hércules, quien tuvo que ir a por las manzanas de oro. Se trata de una de las islas del océano Atlántico, frente a la costa occidental de África.

Atlántida

Platón nos habla de una gran isla llamada Atlántida, más grande que Asia y Libia juntas, situada al otro lado de las Columnas de Hércules, habitada por un pueblo poderoso que en un momento dado invadió Europa y fue derrotado por los griegos al mando de los atenienses. Luego la isla desapareció y fue tragada por el mar. Poseidón era el dios tutelar de la Atlántida, que la repartió entre cinco pares de gemelos que tuvo con la doncella mortal Clito. El mayor, Atlas, del que toma la isla nombre, los diez hijos de Poseidón eran los amos del país, se hicieron muy ricos por los recursos naturales, fauna... Sus reyes fueron siempre muy virtuosos, pero con el tiempo se volvieron codiciosos, así invadieron pueblos vecinos y fueron vencidos por los atenienses. Posteriormente se produjeron violentos terremotos, desapareciendo la isla bajo las aguas.

San Borondón

En la literatura medieval cristiana hay un conjunto de leyendas en las que se relatan viajes marítimos fantásticos con visita a maravillosas islas realizadas por conquistadores o monjes con un objetivo religioso. Entre estas leyendas sobresale la del monje San Brandán y la misteriosa isla de San Borondón. Según esta, un monje irlandés llevó a cabo junto a otros religiosos un supuesto viaje hacia Occidente en busca del paraíso terrenal. El archipiélago maravilloso al que arriban es una isla-ballena, que se reduce después a una sola isla, que navega a la deriva y que se esfuma en cuanto uno se acerca. La isla fue designada con el nombre del monje, pero sufrió varias deformaciones hasta llegar a "San Borondón".

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