Jean-Jacques Rousseau: Fundamentos de su Filosofía Política y Pedagógica
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Jean-Jacques Rousseau: Pilares de su Pensamiento
El Estado Ideal y la Voluntad General
El Estado perfecto debe garantizar seguridad y libertad. Este Estado es aquel en el que sus miembros eligen el rumbo a través de una asamblea general, es decir, mediante la votación de las mayorías. Este es el Estado justo, según Rousseau: lo que los hombres elijan por mayoría es lo correcto. La voluntad general es el voto de la mayoría cuando se vota pensando en los demás. El interés particular es el voto cuando la gente vota por su propio beneficio. El interés particular y la voluntad general pueden ser diferentes. El momento ideal es cuando el interés particular y la voluntad general coinciden.
El Emilio o De la Educación Natural
Rousseau postula que, desde la aparición de la propiedad privada, las personas son egoístas, aunque inherentemente buenas por naturaleza. Para evitar esta corrupción, a los niños se les debe proporcionar desde pequeños una educación que los forme según su naturaleza. Es necesaria una educación con libertad vigilada. Los niños deben estar aislados de la sociedad. Dado que el hombre es bueno por naturaleza, al darles esta educación no se les crearán esas necesidades artificiales y, por ende, seguirán siendo buenos. La educación natural es planteada por Rousseau para conseguir el Estado en el que coinciden la voluntad general y el interés general.
Rousseau: El Antilustrado
Rousseau sostiene que ni la ciencia ni la tecnología permiten el verdadero desarrollo del ser humano; más bien, lo contrario. La ciencia es, para él, el mecanismo seguro para establecer la propiedad privada, siendo el principio de la desigualdad. Este pensamiento es contrario al resto de los ilustrados, quienes consideraban la ciencia como sinónimo de progreso.
El Estado Salvaje y el Origen del Estado
El Estado, para Rousseau, es un pacto, un acuerdo entre los hombres. Afirma que antes de vivir en un Estado, los hombres vivían en un estado salvaje con libertad absoluta, dado que no hay normas ni existe una institución represora. En este estado, el hombre no tiene maldad; son buenos por naturaleza al no existir quien les imponga limitaciones. El hombre no está corrompido por nada. Hobbes, por el contrario, decía que "el hombre es un lobo para el hombre".
Sin embargo, llega un momento en que, dado su pensamiento racional, el hombre salvaje percibe que su vida corre peligro y considera que su seguridad y posibilidad de supervivencia serían mayores aliándose con otros hombres, actuando conjuntamente. Este es el principio del Estado: el hombre salvaje renuncia a parte de su libertad para sobrevivir.
El hombre salvaje vive en libertad y no vive en comunidad. Rousseau plantea más o menos el Edén. El hombre salvaje es racional y capaz de renunciar a esa libertad absoluta, o a parte de ella, en virtud de una seguridad mayor. El Estado se origina porque los hombres acuerdan entre sí unas normas de convivencia para que la convivencia funcione. Esta teoría es la teoría contractualista del Estado. El Estado es fruto de la razón y bajo él no existe la libertad absoluta; es decir, el Estado es necesariamente represor. Dentro de un Estado, lo que uno quiere hacer no es la norma.
La Búsqueda de la Máxima Libertad en el Estado
Rousseau busca encontrar una forma de Estado lo más parecida posible a la forma de vida que tenía el hombre antes de construir un Estado, que garantice la mayor libertad posible para sus miembros. La forma de gobierno que mejor ve Rousseau es la democracia. El Estado que garantiza la libertad es aquel en el que las normas no tienen un carácter dictatorial.