Juan Manuel de Rosas: Ascenso, Poder y Caída en Argentina
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Juan Manuel de Rosas: Ascenso, Poder y Caída
Primer Gobierno de Rosas (1829-1832)
En 1829, Juan Manuel de Rosas fue elegido gobernador de Buenos Aires. La Junta de Representantes lo nombró "Restaurador de las Leyes" y le otorgó facultades extraordinarias, permitiéndole tomar decisiones importantes sin la intervención de otros poderes. Rosas organizó a los sectores populares para combatir a los unitarios. En 1832, finalizó su primer gobierno.
La Sala de Representantes lo reeligió, pero sin las facultades extraordinarias. Rosas se negó a aceptar el cargo en esas condiciones, lo que dividió al partido federal. Un grupo abogaba por devolverle las facultades, mientras que otro consideraba que no era necesario. Ante la negativa de Rosas, Juan Ramón Balcarce fue nombrado gobernador.
Segundo Gobierno de Rosas (1835-1852)
En 1835, Rosas asumió nuevamente el gobierno con facultades extraordinarias y la suma del poder público. Con escasa oposición en la ciudad, fue reelegido periódicamente hasta 1852. Sin embargo, enfrentó dificultades políticas y militares que complicaron la economía bonaerense.
Rosas organizó grupos para respaldar su autoridad. Entre estos, sobresalió La Mazorca, que se encargaba de organizar actos en su honor. Todos los documentos oficiales debían incluir frases que exaltaran el federalismo, como "¡Viva la Santa Federación!" o "¡Mueran los salvajes unitarios!".
Buenos Aires y la Confederación
Rosas dirigía la Confederación desde Buenos Aires y utilizaba los fondos de la aduana para ayudar a las provincias. Sin embargo, esto no logró la paz. En 1838, con el bloqueo francés, la situación se agravó. Los unitarios y opositores a Rosas aprovecharon para levantarse en su contra.
Lavalle organizó una revolución con un grupo de hacendados, pero fue descubierto y ejecutado. Mazza, presidente de la legislatura y padre de uno de los conspiradores, también fue asesinado.
Fin del Rosismo
Durante dos décadas de su gobierno, Rosas impulsó el orden con el predominio económico y político de Buenos Aires. Hacia 1850, las provincias rechazaban cada vez más el predominio porteño y muchos ya no lo apoyaban. Esto era posible gracias a los recursos de la aduana y la ubicación del puerto, que controlaba la navegación de los ríos. Las provincias comenzaron a reclamar mayor autonomía.
A esto se sumaron los conflictos internacionales de Rosas con Brasil y Paraguay por la navegación de los ríos, afectando los intereses comerciales de Francia y Gran Bretaña.