El Juego como Herramienta de Inclusión para Niños con Discapacidades
Clasificado en Deporte y Educación Física
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El juego como recurso ante el déficit auditivo
Teniendo en cuenta que la audición es la vía principal para desarrollar el lenguaje y el habla, la evolución del desarrollo lingüístico y comunicativo, del proceso cognitivo y de la integración social del niño se verá afectada. La falta de estímulos auditivos hace que el niño tienda a aislarse. Por ello, es necesario motivar al niño a involucrarse en juegos que desarrollen su capacidad de interacción social. Hay que prestar mucha atención a la autoestima y el autoconcepto.
El educador puede enfocar su intervención lúdica en:
- Juego simbólico: Proporciona oportunidades para dramatizar, para estimular el desarrollo cognitivo y lingüístico, mejora las relaciones sociales, permite simpatizar y experimentar con roles y actitudes. Los niños con discapacidad auditiva son capaces de realizar juegos simbólicos, pero con más retraso.
- Juegos de autoestima: Reafirman la confianza y la seguridad.
- Juegos multisensoriales: Facilitan la integración de estímulos procedentes de los sentidos y organizan la realidad.
- Juegos colectivos: Favorecen la inclusión y la interacción social.
Orientaciones metodológicas a considerar por el educador:
- Antes de hablar, el educador debe asegurarse de que el niño le está mirando y situarlo donde el niño pueda escuchar mejor, a una distancia máxima de metro o metro y medio. Debe situarse de espaldas a la luz.
- Utilizar recursos y estímulos visuales (gestos, dibujos…).
- Eliminar ruidos ambientales.
- Procurar que la luz dé de cara al que habla.
- Usar un tono de voz normal y vocalizar bien.
- Moderar las intervenciones de los compañeros para evitar que se hable al mismo tiempo.
El juego como recurso ante el déficit motor
El juego de los niños con discapacidad motora está condicionado por las posibilidades de movimiento del niño y por la cantidad y tipo de recursos lúdicos a los que tiene acceso.
Los objetivos con los niños con esta discapacidad son:
- Incluirlos en las mismas actividades lúdicas que realizan sus compañeros y hacer que se sientan plenamente integrados en el grupo.
- Utilizar para el juego, siempre que sea posible, recursos normalizados: Se utilizarán adaptaciones más especializadas cuando favorezcan la funcionalidad o calidad del niño, mientras tanto, se les tratará de diferenciar lo menos posible.
- Desarrollar en ellos la máxima autonomía motora y reforzar positivamente sus logros: Los juegos de movilidad y desplazamiento favorecen la exploración del espacio y el acercamiento a los compañeros. El educador puede invitar al resto de compañeros a hacer los mismos ejercicios que el niño con discapacidad motora.
- Ofrecerles el mayor número posible de experiencias de reconocimiento del medio y de sí mismos: Esto se puede lograr, por ejemplo, mediante juegos de manipulación y exploración:
- Mostrar uno a uno los juguetes, mencionando su nombre e invitando a la exploración.
- Realizar con el niño, frente a un espejo, juegos con los distintos segmentos de su cuerpo y explorar posibilidades de movimiento.
- Fomentar en ellos la comunicación y relación con el entorno: Mediante la participación en las actividades lúdicas, se potencia la interacción positiva con los otros. Es necesario que la zona de juego sea accesible y carezca de barreras arquitectónicas que limiten el desplazamiento.
El juego como recurso ante el déficit cognitivo e intelectual
Los niños con discapacidad intelectual reciben, procesan y organizan la información con dificultad y lentitud. En ese sentido, el juego desarrollado en la escuela infantil puede estimular el aprendizaje y el desarrollo integral, facilitar la relación con los demás, favorecer la integración y mejorar la autoestima.
El niño debe participar en todas las actividades lúdicas planificadas, como juegos de construcción, de atención y de concentración, de experimentación y exploración con materiales, juegos motores, juegos simbólicos, salidas…
Algunas consideraciones metodológicas:
- Presentar actividades de corta duración que resulten atractivas y lúdicas.
- Adaptar el tiempo para que el niño con déficit pueda finalizar las actividades.
- Utilizar diferentes sistemas sensoriales para mejorar la retención de la información (proyección de imágenes, audición, etc.).
- Fragmentar la secuencia de instrucciones.
- Utilizar un lenguaje claro, sencillo y comprensible.