Jürgen Habermas y la Cultura del Diálogo: Razón Comunicativa y Consenso Social
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La Cultura del Diálogo según Jürgen Habermas
Jürgen Habermas (1987), filósofo alemán perteneciente a la segunda generación de la Escuela Crítica de Frankfurt, sostiene que el paso del esquema democrático de la representatividad al de la participación requiere de una cultura del diálogo. En palabras del autor, es necesario pasar de una subjetividad monológica cartesiana, donde un sujeto establece una relación monológica con el objeto, a una discursiva dialógica. Pues, cuanto más se imponen principios de igualdad y libertad en la práctica social, con tanta mayor diversidad se diferencian entre sí formas de vida y proyectos de vida que ameritan de una intersubjetividad, donde se establezcan condiciones igualitarias para el diálogo, con canales transparentes de comunicación.
Objetivo Político: La Sociedad de Libre Comunicación
El objetivo político de Habermas es una sociedad de libre comunicación, concretizada en una cultura del diálogo, basada en una ética del discurso, donde la idea de la “verdad” hace referencia a una forma de interacción exenta de cualquier influencia distorsionadora.
La Racionalidad de la Acción Comunicativa
Habermas propone racionalizar la acción comunicativa a través de la búsqueda cooperativa de la verdad para llegar al consenso y, por ende, a una legitimidad normativa. La racionalidad comunicativa va ligada a “la experiencia central de la capacidad de aunar sin coacciones y de fundar consenso que tiene un habla argumentativa en la que distintos participantes superan la subjetividad inicial de sus concepciones y merced a la comunidad de convicciones racionalmente motivadas se aseguran simultáneamente de la unidad del mundo objetivo y de la intersubjetividad del plexo de vida social en que se mueven” (Habermas 1989a: 506).
Habermas centra su teoría en la acción comunicativa, la cual es el elemento que caracteriza la interacción social, mediada por símbolos, cuyo fin último es la integración social de todos los actores en busca de un fin común. La acción comunicativa es la interacción espontánea de los actores que, a través del discurso, se orientan a la búsqueda cooperativa de la verdad. Así fundamenta la posibilidad de la transformación social a partir de la capacidad discursiva de las personas; para Jürgen Habermas, el ser humano es un “ser que se comunica”.
La Ética del Discurso y la Legitimidad Normativa
Habermas concibe una ética del discurso basada en la comunicación dialógica, la cual supone, por lo menos, tres elementos:
- a) La existencia de una verdad.
- b) La sinceridad de cada cual.
- c) Que los miembros de la conversación imputen responsabilidad a todos (un diálogo en que se reconozca la autoridad de todos, no la subordinación de unos a otros).
Esto conducirá a la legitimidad normativa de lo decidido.
Pragmática Universal: Las Bases del Entendimiento
Habermas (1989b) plantea una ciencia del lenguaje basada en estructuras universales y válidas en cualquier contexto comunicativo, una pragmática universal.
Señala que el entendimiento requiere:
- Inteligibilidad: Comprensión mutua.
- Verdad: Saber compartido.
- Veracidad: Confianza recíproca.
- Rectitud: Concordancia de unos con otros por respeto a las normas establecidas.
El consenso surge en el discurso cuando se dan cuatro condiciones de validez aceptadas por todos los participantes:
- La exposición del hablante ha de ser aceptadamente comprensible.
- Las proposiciones ofrecidas por el hablante han de ser verdaderas, es decir, el hablante ha de ofrecer un conocimiento fiable.
- El hablante ha de ser veraz en sus proposiciones; el hablante es fiable.
- El hablante ha de disponer del derecho a expresar esas proposiciones.
Condiciones para el Diálogo Genuino
Para que esto sea posible, sin embargo, ha de darse una igualdad de condiciones para el diálogo; no pueden existir más restricciones que las derivadas de la argumentación comunicativa.