Juventud y Empleo: Desafíos en el Mercado Laboral y Trayectorias de Inserción
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Jóvenes y Mercado Laboral: Desafíos y Trayectorias
El paro juvenil afecta a la población de 16 a 25 años. Se considera esta franja de edad porque:
- Es la edad mínima legal de incorporación al mundo del trabajo.
- Coincide con la finalización de la edad de escolarización obligatoria.
El Mercado Laboral para la Juventud
El primer contacto de las personas jóvenes con el mercado de trabajo se caracteriza por la precariedad. En muchas ocasiones, se incorporan a un empleo:
- Con una categoría inferior a su nivel de formación.
- En muy pocas ocasiones relacionado directamente con su perfil profesional.
La transición entre el sistema educativo y el mercado de trabajo es, a menudo, ineficaz. Las dificultades son más acentuadas en la población más joven y con un nivel formativo inferior. El retraso de las personas jóvenes en la incorporación al mercado de trabajo puede conllevar un aplazamiento en la emancipación. La inserción laboral es una condición fundamental para facilitar la transición del joven a la vida adulta.
Empleabilidad y Perfil del Colectivo Joven
Jóvenes con Titulaciones Superiores o Medias
Aunque no deberían tener excesivas dificultades para encontrar empleo, este suele ser:
- Eventual.
- No relacionado directamente con la formación recibida.
El acceso al mundo del trabajo se retrasa hasta que finalizan los estudios. Se observan dos modalidades de transición a la vida adulta:
- Éxito precoz: Caracterizado por altas expectativas de carrera profesional e itinerarios de formación con éxito y sin rupturas.
- Aproximación sucesiva: Un equilibrio entre las altas expectativas de mejora social y profesional y los logros reales.
Jóvenes con Cualificación Media o Baja
Este grupo incluye a quienes han iniciado sus estudios, los han continuado hasta niveles medios o no los han completado con éxito.
Su acceso a empleos con una cualificación media se caracteriza por un currículum en zigzag, con trabajos:
- De carácter eventual.
- Con poca relación entre sí.
Existe un equilibrio entre la posibilidad de inserción y la cultura de la eventualidad. La modalidad de transición es conocida como trayectoria obrera:
- Jóvenes orientados a la cultura del trabajo.
- Horizonte profesional limitado.
- Profesionalización a partir de sus experiencias laborales.
Presentan una trayectoria vulnerable respecto al mercado de trabajo, con frecuentes situaciones intermitentes de paro.
Jóvenes sin Cualificación
Son personas jóvenes que no pueden o no quieren seguir en el sistema educativo y salen al mercado de trabajo:
- Sin una cualificación técnica.
- Con una preparación cultural básica.
Acceden al mercado de trabajo secundario y descalificado, con:
- Trabajos en precario.
- Sin compromiso de incorporación a la plantilla.
- Trabajo por horas.
Su trayectoria de transición se caracteriza por la precariedad:
- Mucha rotación e inestabilidad laboral.
- Moratorias continuadas de las opciones de emancipación familiar.
Jóvenes sin Títulos ni Capacitación Especial
Este colectivo ha quedado fuera del sistema escolar y de los programas de cualificación profesional inicial. Pueden entrar en una espiral de marginación:
- Abandono escolar.
- Vacío familiar.
- Presión negativa del entorno.
- Ausencia de perspectivas estimulantes.
- Desmotivación y deterioro de la personalidad.
Se encuentran jóvenes que difícilmente tendrán ocasión para encontrar un trabajo digno.
También incluye a jóvenes de colectivos específicos:
- Minorías étnicas y culturales.
- Necesidades educativas especiales.
- Dificultades para seguir los ritmos de aprendizaje.
Sus trayectorias de transición a la vida adulta son desestructuradas, con:
- Expectativas de posicionamiento social bajas.
- Trayectorias escolares cortas o erráticas.
- Paro crónico.
- Entradas circunstanciales en el mercado de trabajo secundario.
- Economía marginal o sumergida.
- Pérdida de aptitudes y actitudes para la inserción laboral regular.