Kant y la Crítica de la Razón Pura: Metafísica, Juicios y Estética Trascendental

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La Crítica de la Razón Pura

El problema de la metafísica frente a la incuestionabilidad de las ciencias

En su Crítica de la Razón Pura, Kant comienza refiriéndose a la situación de la metafísica: un campo de disputas sin unanimidad. Sin embargo, Kant no rechaza la metafísica, sino que insiste en la importancia de los objetos de los que trata: Dios, la libertad y la inmortalidad.

Juicios sintéticos a priori

Kant distingue entre juicios analíticos y juicios sintéticos. Los juicios analíticos son aquellos en los que el predicado está explícita o implícitamente contenido en el concepto del sujeto. En los juicios sintéticos, el predicado está enteramente fuera del concepto del sujeto.

Por eso, los primeros se pueden llamar juicios de explicación, ya que el predicado no añade nada al concepto del sujeto; y los segundos, juicios de ampliación, porque aquí el predicado añade algo nuevo al concepto del sujeto. Si en los juicios sintéticos, eso nuevo que se añade al concepto del sujeto es tomado de la experiencia, entonces se trata de juicios sintéticos a posteriori (sin universalidad ni necesidad).

Kant distingue una tercera clase de juicios: los juicios sintéticos a priori. En esta clase de juicios, el predicado no está contenido en el concepto del sujeto, sino que añade algo nuevo a este. Pero aquí el predicado no está tomado de la experiencia; la síntesis entre el predicado y el sujeto no puede fundarse en la experiencia porque el predicado añade al concepto del sujeto universalidad y necesidad. Dicho brevemente, el predicado no procede de la experiencia, sino a priori, de la facultad de conocer.

Después de haber visto cómo entiende Kant el conocimiento y qué requisitos exige el mismo, se comprenderá por qué para Kant los únicos juicios capaces de fundamentar el conocimiento científico son los juicios sintéticos a priori: los juicios analíticos son necesarios y universales, pero no amplían nuestro conocimiento; los juicios sintéticos a posteriori amplían nuestro conocimiento, pero no son ni universales ni necesarios.

La estética trascendental

Estética significa sensación, y sensibilidad se suele usar en filosofía para designar la capacidad de recibir sensaciones. La estética trascendental es la ciencia de los principios a priori o formas puras de la sensibilidad. Las formas puras o principios a priori de la sensibilidad son el espacio y el tiempo.

Nosotros no percibimos las cosas sensibles sino en el espacio y en el tiempo, esto es, ordenadas en ciertas relaciones espacio-temporales. Espacio y tiempo son las condiciones de posibilidad de toda experiencia, porque no es posible ninguna experiencia que no esté bajo esas relaciones. Espacio y tiempo no son propiedades objetivas de las cosas mismas, sino formas a priori de la sensibilidad.

Kant demuestra que el tiempo y el espacio son a priori mediante dos clases de argumentación: exposición metafísica y exposición trascendental.

Demostración de la prioridad del espacio

a) En primer lugar, para que ciertas sensaciones sean referidas a algo fuera de mí, hace falta que esté ya en la base la representación del espacio. Esto muestra que para Kant el espacio no es un concepto empírico sacado de experiencias externas. En segundo lugar, no podemos representarnos nunca que no hay espacio, aunque podemos pensar que en él no se encuentran objetos algunos; esto muestra que el espacio es una representación necesaria, a priori, que está en la base de todas las intuiciones externas.

b) La geometría es una ciencia que determina las propiedades del espacio a priori. Los axiomas de la geometría son juicios sintéticos a priori, ya que estos no se pueden explicar si no es admitiendo la prioridad del espacio. Por lo tanto, el espacio es una forma a priori.

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