Kant: Filosofía Política, Estado y Derecho

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Immanuel Kant: Filosofía Política, Estado y Derecho

Immanuel Kant fue un pensador que vivió durante el siglo XVIII, el "siglo de las luces". Dedicó toda su vida al estudio y la enseñanza como profesor en la universidad. Nació en Königsberg, donde recibió una formación filosófica racionalista y donde vivió toda su vida. Obras: *Crítica de la razón pura*, *Crítica de la razón práctica*, *Crítica del Juicio* y *La paz perpetua*. Impregnado de los ideales de la Ilustración, puso en práctica el lema *"sapere aude"*: "¡Atrévete a saber!", y a lo largo de toda su filosofía se marcó un objetivo que no fue otro que el de analizar, revisar y encontrar por sí mismo los límites de la razón humana. Las tres preguntas fundamentales que guiaron su pensamiento fueron: ¿Qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me cabe esperar?

La Razón y la Política en Kant

Kant no escribió mucho acerca de la política, pero no podemos negar parte de su legado, si tenemos en cuenta que no existen teorías ajenas a la conciencia y la práctica social. Estudiando en sus teorías anteriores la importancia de la razón, podemos dividirla, al adentrarnos en el ámbito social, en dos tipos distintos: uno de ellos, el de la **razón ilustrada**, equivalente a una razón crítica con todo lo que contempla, y otro, el de la **razón jurídica**, es decir, aquella que sirve como herramienta para dotar a un Estado del cuerpo legal que regula las relaciones entre sus ciudadanos.

El Contrato Originario y el Estado

La doctrina kantiana del Estado tiene sus raíces en el pensamiento contractualista de Rousseau. Según Kant, nos remite a un **contrato originario** a través del cual todos los miembros entregan al pueblo su libertad externa, para recibirla inmediatamente después como miembros de un ente común: el pueblo concebido como "Estado".

Autonomía, Derecho y Libertad

En la teoría ética de Kant, el concepto clave era la **autonomía** de los seres humanos. En la política, esta autonomía es entendida como la voluntad que tienen los seres humanos para legislarse a sí mismos, lo que da lugar al **derecho**, definido por Kant como el conjunto de condiciones bajo las cuales la libertad de cada uno puede armonizarse con la libertad de los demás. El derecho aparece entonces como normalización de las libertades externas de los individuos. La **libertad** es la que permite que se ordene el derecho a través de la razón. Y esta coordinación racional de las libertades por el derecho se da gracias al surgimiento de una institución jurídica: el Estado.

El Estado y la Libertad Individual

La principal labor del Estado es dar lugar a la libertad de todos y cada uno de sus miembros. El Estado tiene como único fin el derecho y este, a su vez, el de coordinar las libertades de todos según una "ley universal". Para Kant, los **derechos subjetivos** son la razón del Estado, y se convierten en el deber moral del hombre de salir del **estado de naturaleza**, ya que todo pueblo con un estado necesita de un sistema de leyes y este sistema da lugar al derecho público. Un pueblo con un estado de derecho da lugar, a su vez, al surgimiento de la ciudad y al estado civil, en el que el hombre ya no es un ser guiado por el instinto únicamente, sino un individuo depositario de derechos y de una responsabilidad civil.

El Contrato Originario y la Voluntad General

Kant mantiene que la salida del estado de naturaleza se da a través del **contrato originario**, que es un imperativo de la razón práctica que permite al Estado ser constituido de acuerdo con la idea del pacto, donde confluyen los intereses de la **voluntad general** rousseauniana, que es una voluntad regida por la razón, en la que los hombres no son considerados en su realidad fenoménica individual, sino que son entes de razón que actúan en función de su naturaleza racional.

Conclusión: Hacia una Sociedad Civil Universal

Para concluir, deberíamos añadir que Kant interpretaba su teoría política como la meta a un problema histórico del ser humano que era el establecimiento de una **sociedad civil universal** en la que reinara la **justicia política**. En esa meta, el papel del Estado era fundamental, porque determina los límites de la libertad individual de cada uno para garantizar la libertad de todos, a través de leyes externas al individuo. El principio legislador que regula esta máxima sería: "Obra externamente de tal manera que el uso de tu libre albedrío pueda estar conforme con la libertad de todos los demás". En su obra, *La paz perpetua*, establece los principios legisladores que hoy son máximas en cualquier constitución democrática, que extienden los derechos a todo el mundo por igual.

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