Kant y Platón: La Educación como Base de una Sociedad Justa

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La Educación según Kant

En muchos aspectos de nuestra vida, se presentan algunos conceptos de la filosofía kantiana, en concreto, en la educación. El sistema educativo intenta formarnos teniendo en cuenta nuestra propia iniciativa. Una buena educación nos ayuda a ser independientes, a pensar por nosotros mismos y a alcanzar la mayoría de edad, según Kant. Sin embargo, observamos una sociedad con una educación precaria e ignorante, donde se alardea de niveles inexistentes de inteligencia. Lo ideal sería una educación colaborativa, culta y favorable, en la que el alumno esté motivado a adquirir los conocimientos adecuados para vivir y crear una sociedad justa.

Comparación con Platón

Tanto Platón como Kant creyeron que la base del rescate de la sociedad se asienta sobre la educación. En cuanto a su planteamiento racionalista de la educación, Platón decía que el prisionero debía seguir un camino ascendente hacia lo inteligible, mientras que Kant culpaba de la minoría de edad a quienes no usaban la razón de forma autónoma. Ambos coincidían en que la verdadera educación estaba obstaculizada por la vagancia y los malos hábitos, pero lo veían de distinta forma. Platón, en el mito de la caverna, culpaba a los sofistas de favorecer la ignorancia, ya que les ofrecían sombras a los esclavos para que las tomaran como la realidad. En cambio, Kant culpaba a los malos tutores de no educar bien a sus alumnos, impidiéndoles avanzar intelectualmente. Ambos filósofos creían en la importancia de la libertad para poder pensar por sí mismos. Platón comparaba el proceso de la sabiduría con una empinada cuesta, mientras que Kant planteaba el temor de las personas a encontrarse independientes en el camino. Creían en una ética universal. Platón describe una ética material, en la que el conocimiento último es la idea del bien, con la cual se podrá obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público. Kant, en cambio, describe una ética formal, ya que afirma que actuar nos nace del respeto a la ley.

Moral Material y Formal

Una moral es material cuando sus imperativos nos dicen qué tenemos que hacer y qué fin obtendremos si actuamos de ese modo. Sus imperativos son siempre hipotéticos, del tipo: “Si quieres…, entonces debes…”. Por ello, el imperativo sólo obligaría a quienes aceptan el fin, pero no a quienes no lo acepten como algo deseable: no sería, pues, un deber universal. Las morales materiales no incluyen leyes prácticas, sino sólo máximas. La moral formal es aquella en la que no se propone ningún fin concreto ni norma alguna. Es a priori, pues su propuesta es ajena a la experiencia. Se formula mediante el imperativo categórico, no hipotético; es decir, la máxima no está sometida a condición alguna.

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