Kant y la Razón Pura: Desafíos a la Demostración de la Existencia Divina

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La Crítica Kantiana a los Argumentos de la Existencia de Dios

Críticas a los Argumentos Teóricos de la Existencia Divina

a) El Origen de la Idea de Dios

La razón pura, en su intento de buscar lo absoluto en los juicios disyuntivos, alcanza la idea de un ser en el que se unifican todas las perfecciones. Por ello, Dios es concebido como la idea de un ser sumamente perfecto.

b) Crítica al Argumento Ontológico

La base del argumento a priori es la premisa de que, si concebimos a Dios como el ser más perfecto que puede pensarse, necesariamente debe existir, pues de lo contrario no lo estaríamos pensando como el ser más perfecto.

Kant afirma que la existencia no es una característica de la definición de un objeto, ya que no añade ni quita nada a la definición de ese objeto. Por ejemplo, el concepto de un millón de euros es el mismo tanto para quien lo tiene como para quien no; la diferencia radica en tenerlos, no en su definición.

La existencia de un ser o de un objeto se establece mediante juicios sintéticos, y estos se realizan sobre intuiciones empíricas. La existencia es, pues, una categoría pura del entendimiento que solo puede aplicarse a fenómenos empíricos. Dado que no hay ninguna percepción empírica de Dios, no se le puede aplicar la categoría de existencia.

El argumento ontológico razona en el plano de las ideas y pretende sobrepasarlo, afirmando, mediante razonamiento, que Dios existe como un ser real, cuando en realidad es solamente una idea que puede pensarse, pero no conocerse científicamente.

c) Crítica al Argumento Cosmológico

Este argumento se basa en la demostración "quia", que procede del efecto visible a la causa invisible que supuestamente lo ha originado, determinando por razonamiento, sin la ayuda de la experiencia, la existencia de un Primer Motor Inmóvil del universo, al que se denomina Dios.

El error de este argumento es utilizar ilegítimamente la categoría de las relaciones causales. El principio de causalidad es una categoría pura del entendimiento que solo puede aplicarse a fenómenos empíricos, no a una supuesta causa de la que no tenemos ninguna intuición empírica. Por lo tanto, no podemos aplicar a Dios la categoría de causa, pues no tenemos ninguna percepción empírica de Él.

d) Crítica al Argumento Teleológico

Este argumento se funda en el orden, finalidad, intención o inteligencia que manifiestan ciertas formas de la naturaleza. Se postula que, dado que en la naturaleza hay seres organizados que actúan teleológicamente sin estar dotados de inteligencia y voluntad, es necesaria la existencia de un organizador inteligente de todo este mundo.

Kant presenta dos críticas principales:

  • Primera crítica: Que exista una inteligencia organizadora no implica que ella haya creado el mundo, y por lo tanto, este argumento tendría que completarse con los otros dos argumentos (ontológico y cosmológico), lo cual ya se ha demostrado que no es posible.
  • Segunda crítica: La existencia de una supuesta inteligencia organizadora del mundo es más misteriosa e inexplicable que lo que se quiere explicar. La existencia y actividad de un ser inteligente que no es producto ni efecto de causa alguna resulta incomprensible para la razón.

e) La Idea de Dios como Postulado del Uso Práctico de la Razón

La idea de Dios, como la idea de un ser en el que se unifican todas las perfecciones, cumplirá la función del tercer postulado del uso práctico de la razón.

La ley moral nos ordena actuar correctamente sin esperar nada a cambio. Sin embargo, la felicidad humana solo sería posible si existiera un ser al que le ocurriera todo según sus deseos, es decir, si existiera Dios como ser omnipotente. Para Kant, la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y la libertad son postulados necesarios para que la moralidad tenga sentido, aunque no puedan ser demostrados teóricamente.

Conclusión: Los Límites del Conocimiento y la Función de las Ideas

En resumen, la metafísica, según Kant, no es una ciencia porque sus ideas no pueden conocerse como realidades sustanciales fuera del pensamiento. Los argumentos que intentan demostrar la realidad sustancial de estas ideas son, por tanto, falacias. Por ello, Kant denomina a la Dialéctica Trascendental la "lógica de la ilusión".

Las ideas pueden ser pensadas, pero no conocidas científicamente; son necesidades lógicas del pensamiento.

Conceptos Clave: Fenómeno y Noúmeno

Fenómeno:
Es lo que aparece en una intuición empírica. Los fenómenos se pueden conocer mediante los juicios del entendimiento.
Noúmeno:
Es el supuesto objeto en sí mismo, fuera de los fenómenos y que los origina. No se puede conocer porque no es objeto de intuición empírica; solo pueden ser pensados como ideas, pero nunca conocidos como sustancias reales.

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