Karl Marx: Trabajo, Alienación y Materialismo Dialéctico
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Antropología
Para Karl Marx, lo que define al hombre es el trabajo; tiene una relación natural con este. Trabajar es transformar los elementos de la naturaleza en bienes, y si cambian las relaciones de trabajo, cambian las épocas históricas.
Otro filósofo, Feuerbach, estudió al hombre y, en conclusión, descubrió que el humano tiene la conciencia deformada, siendo Dios el centro de su pensamiento, y a esto se le denomina alienación. Marx, al igual que Feuerbach, estudió al humano y cree que la alienación existe, pero de manera económica. El hombre se define por su trabajo, y el hombre es hombre porque trabaja. El humano se proyecta en los objetos que crea, y en la sociedad capitalista el hombre crea objetos que luego nunca recupera y que no disfruta; por tanto, su trabajo se pierde. Así, según Marx, se crean hombres alienados, construyendo objetos que nunca entenderán. Esto hace que el humano pierda su personalidad, ya que se acaba convirtiendo en mercancía. El hombre no se realiza y se convierte en una máquina que se vende y se compra en el mercado.
Metafísica: Materialismo Dialéctico
Marx crea el materialismo dialéctico junto con su compañero Friedrich Engels. Es la visión dialéctica de la realidad material. La realidad es una continua contradicción, y esa contradicción crea la novedad por el proceso sintético (tesis, antítesis y síntesis). Lo único que existe es la materia, y no formas espirituales. La materia se crea por sí misma. Ejemplo: la semilla tiene dos formas: pudrirse o seguir siendo semilla (tesis y antítesis), y de ahí saldrá la síntesis, que es el trigo.
Teología
El marxismo es ateo, ya que, según Marx, la materia no necesita un creador, sino que avanza por sí misma. Marx no va a derribar la existencia de Dios; él quiere entender la religión como un hecho social, ya que es una forma de alienación. La religión es pura ideología.
Los seres humanos se inventan a Dios para fabricar un ser en el que proyectar lo mejor.
La religión ha servido para inventar otro mundo, el cielo, por lo cual este mundo pierde valor; se convierte a este mundo en un paso para el otro. Ha servido también como justificante para la clase dirigente, ya que se ocupa de mantener la jerarquía social. La religión tiene sentido en un mundo con clases, pero no en el mundo socialista. Con la llegada del comunismo, los hombres se acabarán desprendiendo de ella. Además, la religión tiene una función social: ha sido un consuelo a las penas humanas (la religión narcotiza al pueblo para que no se rebele); en definitiva, la religión es el opio del pueblo.