El Lazarillo de Tormes: Claves de una Obra Enigmática del Siglo XVI
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El Lazarillo de Tormes: Una Obra Enigmática
El Lazarillo de Tormes es una obra llena de problemas, ambigüedad, incógnitas, etc. Todo lo que se ha dicho y escrito siempre ha sido controvertido y, en ocasiones, polémico. Esto es así, puesto que hasta la fecha conocemos cuatro ediciones de 1554. Es una obra que habla de la falta de amor en la sociedad cristiana del siglo XVI.
Ediciones del Lazarillo de Tormes
En 1554 aparece este libro anónimo en Alcalá, Amberes, Medina del Campo y Burgos. Era conocido antes de 1554 y tuvo mucho éxito comercial. Enseguida, el libro entra en el Índice, lista de libros prohibidos que publicaba la Inquisición. Era frecuente en la época que, cuando un libro era prohibido, se pudiera purgar y volver a imprimir; estas ediciones se llamaban castigadas. El Lazarillo castigado apareció en 1573. El periplo editorial del Lazarillo empezaría en 1554 y de ahí continuó en adelante, pasando por las ediciones castigadas, aunque también circuló de forma ilegal el Lazarillo no censurado, gracias al contrabando.
La Autoría del Lazarillo: Un Misterio Persistente
En el siglo XVI, el Lazarillo es anónimo. Ya en el siglo XVII, aparecen Ortega y Hurtado de Mendoza. En los siglos XIX y XX, aparecieron nuevos posibles autores:
- Valdés
- Luis Vives
- Cervantes de Salazar
- Hurtado de Mendoza
De todos estos, los que más han simpatizado son Valdés y Hurtado de Mendoza. Rosa Navarro defendía a Valdés y Mercedes Agulló a Mendoza. Francisco Rico la considera anónima. La autoría sigue siendo un misterio.
Recepción y Lectores del Lazarillo
Muchos lectores del Lazarillo se llevarían una gran sorpresa de ese Lazarillo de 1554 al leer la obra que ahora tenemos. Los lectores de prosa de 1554 estaban acostumbrados a leer libros de caballerías, relatos sentimentales... La primera sorpresa del lector del siglo XVI sería el carácter realista de la obra. La sorpresa aumentaría porque el Lazarillo de Tormes es fundamentalmente la vida de un Lázaro, es una autobiografía, y un lector del siglo XVI esperaría leer una biografía o autobiografía de alguien importante y no de un mero Lázaro. En el siglo XVI, la biografía era un género especializado en santos, nobles, soldados, etc. Por lo que, cuando leen la historia de este Lázaro, causaba sorpresa. Además, narrador y personaje es la misma persona.
El Lazarillo y el Concepto de Pícaro
Otro problema con el que nos encontramos es con el concepto de pícaro. En 1611, todavía no se asociaba la palabra pícaro a personaje marginal o delincuente. Y en el Lazarillo, la palabra pícaro y picaresca no aparece, es decir, el Lazarillo de Tormes no se puede considerar novela picaresca, pues no aparece un pícaro. Lo que sí ocurre es que en el Lazarillo tenemos muchos de los patrones que darán después al género picaresco y que servirán de modelo a muchos escritores para componer posteriormente la novela picaresca. En el siglo XVI, se lee como un relato sorprendente, divertido y, en el caso de la lectura de la Inquisición, como un relato peligroso con críticas y opiniones contrarias al dogma oficial. A finales del siglo XIX, se consolida el género de la picaresca.
El Título del Lazarillo
Cuando se escribe el Lazarillo, el nombre Lázaro hace referencia al de la Biblia, al resucitado. Probablemente, a los lectores del siglo XVI les gustaría más una historia sobre el niño; por ello, se emplea en el título el diminutivo. Se trata de una forma con la que los editores pretendían ganar más público. Además, en el título aparece la tercera persona: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades.