Lector por Horas: Percepción, Poder y Transformación en la Obra de Sanchis

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Lector por Horas: Una Inmersión en la Obra de José Sanchis Sinisterra

La obra "Lector por Horas" nos sumerge en un universo de intriga y transformación personal. En su núcleo, encontramos a Celso, un empresario de éxito que ve su mundo desmoronarse peligrosamente. Ante esta situación, contrata a un lector por horas para su hija ciega, Lorena. Aunque el lector, Ismael, intenta proteger su pasado leyendo de forma neutra, Lorena, con su aguda percepción, descubrirá en su entonación sus más íntimos secretos.

La Búsqueda de un Público Inteligente

José Sanchis Sinisterra, a través de esta obra, conduce su búsqueda de un público inteligente hasta el interior mismo de la trama. Lorena, la joven ciega, construye su realidad a partir de los textos que le lee Ismael. Es a través de la entonación de este último que Lorena comienza a descifrar y, en cierto modo, a decidir la vida de Ismael. El público, por su parte, se ve impulsado a dudar y a plantearse la forma de acceder a otra realidad, lo que convierte a la obra en un texto de denso contenido literario e intelectual.

Ejes Temáticos y Estructurales

La obra se caracteriza por su intertextualidad, evidente incluso desde el título. Presenta un eje comunicativo aparentemente sencillo: uno lee y otro escucha. Sin embargo, esta simplicidad es solo una fachada. La estética de la recepción es el sustento teórico de la anécdota central de la que parte la obra. Este eje, que va del texto al lector y al receptor, se extiende hasta el público, que no solo es escuchante de las lecturas, sino también espectador de las profundas transformaciones de los personajes a lo largo del proceso.

El texto está lleno de huecos, esbozos, sospechas y líneas dramáticas inacabadas. El discurso se fractura y el diálogo está plagado de silencios, elipsis y alusiones. Abundan los callejones sin salida o las pistas falsas que no conducen a ningún lado, lo que añade una capa de complejidad y misterio a la narrativa.

La Percepción como Herramienta de Transformación

A pesar de que Ismael debe leer en voz neutra, la cascada de imágenes que despierta en Lorena se convierte en una poderosa herramienta de interpretación de la realidad para ella. Esto la lleva a intuir aspectos de la propia vida del lector e incluso a interrumpir las lecturas para comentarlos, dando paso a momentos de intercambio de información privada. La obra también incluye referencias constantes al teléfono y a un supuesto acosador lascivo que llama a Lorena, añadiendo tensión a la trama.

El lector, Ismael, se erige como un elemento interpuesto entre la obra literaria y su recepción, una especie de posible traductor de un lenguaje escrito a otro oral. Esta posición hace inevitable una intervención en ese intercambio de materiales que, progresivamente, pierde su neutralidad. Ismael, necesitado de dinero, acepta el trabajo a pesar del trato al que le someten.

Dinámicas de Poder y Evolución de Personajes

Las relaciones entre los personajes son un pilar fundamental de la obra:

  • Celso: Al principio, impone las condiciones, pero su figura va decayendo hasta convertirse en un personaje insignificante.
  • Lorena: Comienza siendo un objeto pasivo, pero al final se vislumbra una posibilidad abierta de recuperación y autonomía.
  • Ismael: Aunque inicialmente es el lector contratado, su rol evoluciona a medida que su lectura y la percepción de Lorena lo transforman.

El espacio también juega un papel crucial, envolviendo a los personajes en libros y convirtiéndose en un lugar tanto real como mítico. La oscuridad domina el ambiente y, simbólicamente, a los personajes. Se percibe un constante sentido de la presencia de la muerte, manifestado a través de la ausencia de la madre, una presencia que también se filtra en los pasajes leídos.

La relación entre los personajes es a menudo hostil, con cambios bruscos de tendencia y caracterizada por la arbitrariedad en el trato. La lectura se convierte en el arma utilizada por Ismael para producir un giro en el trato hacia él, aunque él mismo también quedará afectado por la percepción de las palabras que lee. Las palabras tienen múltiples filos, y la curiosidad que la lectura despierta en Lorena la irá haciendo más vulnerable ante Ismael.

La elección de libros constituye una pugna por el poder entre los personajes. El dominio que Celso pretende ejercer sobre su hija y sobre el lector contratado finalmente se desvanece por la decadencia última en la que lo veremos sumido. La sensualidad de Lorena, sus miedos y el control que pretende ejercer sobre todo ello también se desmorona cuando Ismael no lee, sino que escucha una anécdota que ella le cuenta.

Un Final Abierto y Sugerente

Al final de la obra, no parece haber una conclusión definitiva, sino que la acción se interrumpe, dejando al espectador con una sensación de continuidad. Parece que, a lo largo del tiempo, Ismael ha llevado a Lorena hacia esa madre ausente y muerta, devolviéndole la autonomía en cierto modo. La escena 17 es un mudo epílogo que sirve de cierre a la obra y que ha sido interpretado de diferentes formas, tanto en el montaje como en la escritura, lo que subraya la riqueza y la apertura de la propuesta de Sanchis Sinisterra.

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