Legado Escultórico en España: De la Prehistoria a la Edad Media
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Prehistoria
Aparecieron los primeros objetos de metal que, junto con los de piedra, fueron la base de la construcción de los ídolos neolíticos. Estos se caracterizaron por la aplicación de la simetría y un marcado carácter simbólico.
Escultura Ibérica
Los tartesos dejaron obras con rasgos orientales, como la Astarte del Carambolo. Los Iberos alcanzaron su mejor momento artístico entre los siglos V-III a.C. A ellos se deben numerosas obras artísticas relacionadas con el universo religioso o funerario, como las Damas de Baza o de Gadera, y el León de Baena. La mayor representación de los pueblos colonizadores son los Sarcófagos antropoides de Cádiz, con iconografía orientalizante y rasgos griegos, que muestran la cultura funeraria oriental de la antigüedad.
Escultura Romana
La mayor aportación ha sido el retrato, basado en la plasmación de rasgos faciales y la idealización de la belleza. Al principio, el retrato era una imagen funeraria, luego una costumbre social, como la Emperatriz Livia del Museo Arqueológico de Córdoba o la escultura de Trajano procedente de Itálica. Hay varias esculturas de gran tamaño dedicadas al culto, como Venus Afrodita saliendo del baño en el Museo Arqueológico de Sevilla y Mercurio procedente de Itálica. Entre las esculturas en bronce, tenemos el Efebo de Antequera e Hypnos de Almedinilla en Córdoba.
Edad Media
Escultura Islámica
Tenemos constancia de ella por algunas representaciones que han perdurado hasta hoy. El tema más representado fue el animalístico, como el Cervatillo de Córdoba o los Leones de la Alhambra.
Escultura Mudéjar
Los rasgos más destacados tienen relación con la pervivencia del espíritu islámico. El mudéjar fue más importante en lo arquitectónico que en lo escultórico. La escultura funde la figuración con la abstracción islámica. Sus imágenes están dotadas de naturalismo, con una gran serenidad y dulzura, como la imagen de Santa María de Gracia en Carmona (Sevilla), la Virgen con el Niño de Baena y el retablo mayor de la catedral de Sevilla de Pedro Dancart.
Escultura Gótica
En el Siglo XV, Lorenzo Mercante introdujo la utilización de barro cocido y policromado. Como rasgos definitorios, destacan las expresiones individualizadas en los rostros, la dulzura y la tendencia al dramatismo, como se aprecia en la Portada del Nacimiento de la catedral de Sevilla y el Sepulcro del Cardenal Cervantes en la catedral de Sevilla, obras también de Lorenzo Mercante.