Legado Historiográfico Romano: Salustio, Tito Livio y Tácito
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Salustio: El Historiador de la República Romana
Salustio (86-35 a. C.) fue un destacado representante del género literario histórico en la República Romana. Escribió varias monografías históricas, de las cuales se conservan íntegras dos obras fundamentales:
- La conjuración de Catilina: En esta obra, Salustio analiza el intento de golpe de Estado protagonizado por Catilina durante el consulado de Cicerón (63 a. C.).
- La guerra de Yugurta: Aquí narra la guerra de Roma contra Yugurta, rey de Numidia, en el norte de África.
Salustio tomó como modelo al historiador griego Tucídides. Dominaba los resortes de la retórica greco-romana y poseía un estilo muy personal. Su escritura aborda diversas facetas:
- La narración bélica.
- La descripción geográfica.
- El retrato psicológico.
- El análisis político.
- La reflexión moral.
- La confección de discursos.
Todo ello se presenta en un tono algo arcaico, caracterizado por frases breves construidas frecuentemente en forma de paralelismo, reforzadas por la yuxtaposición y la concisión.
Tito Livio: La Monumental Historia de Roma
Tito Livio (59 a. C. - 17 d. C.) cursó estudios de gramática, retórica y filosofía en Roma. Perteneció al influyente círculo de escritores próximos a Mecenas, junto a figuras como Virgilio y Horacio.
La obra cumbre de su vida fue una historia general de Roma en 142 libros, que abarcaba desde la fundación de la ciudad hasta la época de Augusto. Esta monumental creación es conocida con el título de Ab urbe condita y estaba organizada en tomos de diez libros, denominados Décadas.
Aunque la obra no se ha conservado en su totalidad, se mantienen partes significativas que cubren:
- La época monárquica y los primeros siglos de la República.
- La Segunda Guerra Púnica.
- La conquista de Macedonia.
Las fuentes de Livio fueron esencialmente las obras de sus predecesores, pero estas se filtran a través del esquema central que preside su obra: la idea de que Roma debe justificar con sus virtudes la gloria de su destino. Su propósito general era ético y didáctico: consideraba que el deber de la Historia era decir la verdad de forma elaborada y literaria.
Esta obra monumental adquirió rápidamente la consideración de clásica y su influencia ha sido enorme desde la Edad Media hasta la Revolución Francesa. En ella late un hondo patriotismo y una profunda seguridad en el destino superior de Roma, lo cual era fundamental para la regeneración social y moral que Augusto pretendía y a la que el círculo de Mecenas servía.
Tácito: El Cronista Crítico del Imperio
Tácito (55-120 d. C.) representa el renacimiento del género histórico a finales del siglo I y principios del II d. C. Nacido en la Galia Narbonense, inició su carrera política de la mano de su suegro Agrícola. Durante los "reinados" de Nerón y Trajano, se dedicó plenamente a plasmar por escrito su visión crítica del nuevo régimen imperial. Falleció ya iniciado el "reinado" de Adriano.
Tácito dejó escrita la historia del siglo I d. C. en dos obras que han llegado incompletas:
- Annales: En 16 libros, abarca desde la muerte de Augusto hasta la de Nerón (año 68 d. C.).
- Historiae: En 14 libros, cubre desde el 69 d. C. hasta el final de la dinastía Flavia (90 d. C.).
En ambas obras, Tácito alternó la narración de los acontecimientos internos con la de los externos. Como historiador riguroso, mantenía un claro distanciamiento crítico hacia el régimen al que había servido. Para él, el objetivo de la Historia es de carácter moral: se trata de salvar del olvido las virtudes y rechazar los vicios.
Su lengua y estilo son originales. Lleva al límite la concisión de los elementos de la frase. Su estilo, lleno de vivacidad y dramatismo, es a la vez hermético y conceptista. Su capacidad retórica era excepcional. Su obra es una de las más cercanas a la sensibilidad actual, tanto desde el punto de vista historiográfico como literario.