El Legado del Islam Medieval: Historia, Cultura y Expansión Global
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El Islam Medieval: Orígenes y Expansión
Además de hacer referencia a la religión predicada por Mahoma, el término Islam medieval se aplica al vasto imperio conquistado por los musulmanes, los seguidores de esta fe, durante los siglos VII y VIII. Mahoma logró unificar las diversas tribus árabes en torno a la nueva religión y las animó a expandirse y difundir el islam más allá del desierto. Esta expansión se apoyó en un potente ejército, destacando particularmente su caballería.
Mahoma: El Profeta del Islam
Nació alrededor del año 570 en La Meca y trabajó como mercader, siguiendo la tradición familiar. A los 40 años, tuvo visiones en las que el arcángel Gabriel le reveló que sería el profeta de Alá. En el año 622, se marchó a Medina acompañado de un pequeño grupo de seguidores, un viaje conocido como la Hégira. Ocho años después, regresó con un ejército con el que entró victorioso a la ciudad.
Organización Política del Califato Islámico
Los califas fueron los sucesores de Mahoma y, por lo tanto, eran considerados los jefes militares, políticos y espirituales de la comunidad islámica. Establecieron una organización jerárquica y rígida:
- El Califa: En la cúspide, asistido por consejeros llamados visires.
- Los Valíes: Gobernadores provinciales con autoridad civil y militar.
- Los Cadíes: Jueces encargados de aplicar la justicia según las leyes del Corán.
Cultura y Ciencia en el Islam Medieval
El Islam desarrolló una brillante civilización en la que las aportaciones de los pueblos conquistados se mezclaron con las propias tradiciones árabes. Se asimilaron y difundieron nuevos inventos como la brújula, la pólvora o el astrolabio, y se adquirieron conocimientos valiosos como la fabricación del papel o juegos como el ajedrez.
Cultivaron intensamente la astronomía, la aritmética y las matemáticas, y realizaron importantes mejoras en la medicina. También destacaron grandes poetas y músicos, y se escribieron numerosas obras de viajes, geografía e historia, junto con relatos tan célebres como Las mil y una noches.
El Comercio en el Imperio Islámico
Durante este imperio, el comercio se intensificó notablemente. Los comerciantes ofrecían tanto productos locales como aquellos traídos de lugares lejanos, sirviendo así de vínculo crucial entre Asia, África y Europa. Medina y La Meca eran los principales centros comerciales, puntos de parada obligatoria para las caravanas que transportaban especias, sedas y otros artículos de lujo procedentes de Oriente.