Legado Literario Romano: Historiadores Clásicos y el Género de la Fábula

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Historiadores Romanos Clásicos: Tito Livio y Tácito

Tito Livio: El Cronista de Roma y Moralista

De familia acomodada, Tito Livio nació y murió en Padua. Adquirió su extensa cultura en Roma, donde pasó la mayor parte de su vida. Su monumental historia de Roma, Ab Urbe Condita (142 libros), abarcaba desde la fundación de la ciudad, aunque solo se han conservado algunos libros.

El propósito principal de esta obra era superar a sus predecesores en técnica estilística y, al mismo tiempo, mostrar al pueblo romano cómo, por el abandono de las antiguas virtudes nacionales, habían caído en la degeneración. Su obra posee un marcado sentido moralista y ejemplarista de la historia, con una clara exaltación de Roma por encima de todo.

Livio es considerado un artista del estilo y un pintor de caracteres. Su estilo se contrapone al de Salustio: frente a la concisión salustiana, Livio opta por períodos largos y elaborados.

Tácito: El Maestro del Estilo Personal y el Pesimismo

Tácito es, sin duda, el más grande de los historiadores romanos. Recibió su educación en Roma y desempeñó altos cargos públicos a lo largo de su carrera. Comenzó su trayectoria como escritor con una obra relacionada con la oratoria, Dialogus de oratoribus, en la que se preocupa por las causas de la corrupción en la elocuencia.

Su obra histórica consta de cuatro obras principales:

  • Agricola: Una biografía de su suegro, Julio Agrícola. Además de ser un elogio, la obra está llena de reflexiones filosóficas e históricas, y de abundantes noticias etnográficas y geográficas.
  • Germania: Una monografía detallada sobre los pueblos germanos.
  • Historias: La primera de sus grandes obras históricas, que nos ha llegado incompleta. Abarcaba desde la muerte de Nerón hasta la de Domiciano.
  • Anales: Su segunda gran obra histórica, también incompleta, que cubre un período crucial del Imperio Romano.

El estilo de Tácito destaca por su profundo pesimismo y su singularidad. En toda la literatura latina, no existe un estilo más personal y distintivo que el suyo.

La Fábula: Origen, Evolución y Legado en la Literatura Latina

Definición de la Fábula

La fábula es un relato de ficción breve que está protagonizado principalmente por animales antropomórficos y que, a través de una situación o diálogo, nos transmite una enseñanza moral explícita o implícita, conocida como moraleja.

Desarrollo Histórico del Género Fabulístico

El género de la fábula tiene su origen en la India, cuna de muchas tradiciones narrativas. Posteriormente, pasó a Occidente y fue cultivado en Grecia por el célebre Esopo en el siglo VI a.C., cuyas narraciones sentaron las bases del género.

Fue Fedro quien introdujo el género de la fábula en Roma. Este autor concibió la idea de escribir libros de fábulas en verso y contribuyó significativamente a fijar las características definitivas de este género literario en la tradición latina.

Las Fábulas de Fedro: Moralidad y Entretenimiento

Bajo el título Fabulae Aesopiae se conservan cinco libros con 123 fábulas atribuidas a Fedro. Para su composición, utilizó el senario yámbico y tuvo como modelo al autor griego que da título a su obra, Esopo.

Su propósito declarado era “divertir y dar prudentes consejos para la vida”. Las fábulas divierten con la presencia de los animales, personajes que se comportan como hombres, y con las situaciones ingeniosas en que se desarrolla la acción. Pero también transmiten una clara intención moral de enseñar prudentes consejos, no solo a través de la moraleja final, sino también con la propia actuación y las consecuencias de los actos de los personajes.

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