El Lenguaje Español: Variedades, Niveles y Registros de Comunicación

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El Lenguaje: Conceptos Fundamentales

La función principal del lenguaje es la comunicación, la capacidad que poseemos para comunicarnos mediante un sistema de signos lingüísticos. Su realización concreta en una comunidad se denomina lengua.

Variedades de la Lengua

La lengua presenta diversas variedades según distintos factores:

  1. Donde se aprendió a hablar da lugar a los dialectos o variedades diatópicas.
  2. El nivel educativo y el estatus social originan las variedades diastráticas.
  3. Según las circunstancias en las que se encuentra el hablante, se originan las variedades diafásicas.

Niveles de Uso del Lenguaje

Nivel Culto

Se caracteriza por:

  • Corrección en todos los niveles: fonético, gramatical en cuanto a construcciones sintácticas y uso adecuado de los nexos, y léxico, con la precisión de los significados.
  • Riqueza léxica: dispone de un léxico rico y preciso en todos los ámbitos de la cultura.
  • Capacidad de abstracción.
  • Tradición literaria: recoge el peso de la tradición literaria y es el más apropiado para todo tipo de actividades intelectuales.

Nivel Estándar

Adopta las exigencias normativas del idioma, aunque de forma menos rígida que el nivel culto. Sirve como modelo en la comunicación oral y escrita. Se adapta a los cambios que se van introduciendo en la lengua y se difunde a través de los medios de comunicación.

Nivel Popular

Se distingue por:

  • Subjetividad del hablante (interjecciones, ironías, exclamaciones…).
  • Economía: oraciones inacabadas, falta de precisión léxica, frases cortas y muy expresivas, muletillas, frases hechas, etc.
  • Continuas apelaciones al oyente.
  • Uso de un lenguaje proverbial y refranes.

Nivel Vulgar

Se asocia a las capas más modestas y peor escolarizadas de la sociedad. Presenta los siguientes rasgos:

  • Fonéticos: indecisión vocálica (sigún, tualla), simplificación o relajación consonántica (dotor, solenidá, colorá) y cambios de consonantes (Grabiel, cocreta).
  • Vulgarismos léxicos: (amoto, bicleta, toalla, cuchillo, todavía, sandía…).
  • Vulgarismos morfológicos: alteraciones verbales (haiga, hicistes), leísmo, laísmo y loísmo, y uso de partículas (pienso de que, contra más hagamos, de que vi que…).
  • Vulgarismos sintácticos: orden de las palabras (“me se escapó”), concordancias incorrectas (la Carmen, la calor), y frases hechas.

Lenguajes Específicos

Existen lenguajes especializados según el grupo o la actividad:

  • Las jergas o argots, utilizadas por grupos sociales con afán de diferenciarse del resto y con finalidad críptica, es decir, que no se les entienda.
  • Los lenguajes sectoriales, empleados por miembros de diferentes actividades profesionales (jurídico, deportivo, político…).
  • Los lenguajes científico-técnicos, propios de las diversas ciencias e incomprensibles para los no iniciados (lenguaje de la medicina, la biología, la física…).

Registros Idiomáticos

Los registros idiomáticos se clasifican principalmente en:

  • Registro formal: Se utiliza en ámbitos especializados y corresponde al registro culto.
  • Registro informal: Propio de ambientes familiares o de amigos, corresponde al registro coloquial.

Aspectos Fónicos

En el registro informal, se produce un relajamiento en la articulación de los sonidos:

  • Reducción de grupos consonánticos: istrución (instrucción).
  • Yeísmo.
  • Pérdida de un grupo de fonemas: taluego (hasta luego).

Tratamiento

Se refiere a las distintas formas con que una persona se dirige a otra:

  • Tratamientos pronominales: tú / usted.
  • Tratamientos nominales: fórmulas como Don Francisco o Señor director; apodos e incluso insultos que resaltan los defectos de las personas.
  • Expresiones cariñosas (hijo de mi vida) que a veces pueden referirse al mundo humano o animal (princesa, rey, gatita) o de cortesía hacia el interlocutor.

Expresividad

La subjetividad o afectividad del hablante se manifiesta con estos rasgos:

  • Los enunciados admiten muchas modalidades según la actitud del hablante: duda, sorpresa, asombro, admiración, enfado, exhortación…
  • Organización subjetiva del mensaje, ya que se articula según la fórmula pensamiento-expresión, con lo cual puede producir una dislocación sintáctica (*Yo en vacaciones me gusta leer), abundantes elipsis o enunciados inacabados.
  • Énfasis lingüístico mediante fórmulas autorreafirmativas (“Te lo digo yo”; “No es porque yo lo diga”), de superlativos con sustantivos (Mañana es la finalísima), redundancias (persona humana), o incompatibilidades semánticas.
  • Creaciones léxicas espontáneas: expresiones individuales que surgen esporádicamente en la conversación.

Economía y Comodidad

El hablante se asegura la comunicación con el menor esfuerzo, lo que implica descuido formal (muletillas, concordancias incorrectas) e imprecisión (refranes y frases hechas).

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