Lexicografía española del siglo XVIII: Diccionario de Autoridades y Esteban de Terreros
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Lexicografía Española del Siglo XVIII
Diccionario de Autoridades (1726-1739)
El Diccionario de Autoridades, primer proyecto de la Real Academia Española (RAE), fundada en 1714, se publicó en seis volúmenes entre 1726 y 1739. Su finalidad era defender el honor y el prestigio de la lengua española, mostrando la riqueza de su léxico. Esta obra marca el inicio de la lexicografía moderna del español.
El primer volumen incluye "Discursos proemiales" que tratan sobre las advertencias de uso, la historia de la Academia y de la lengua, y etimologías. El prólogo señala a Sebastián de Covarrubias como precedente, buscando suplir sus carencias. Aunque aprovecha su información lexicográfica, el Diccionario de Autoridades no utiliza sus etimologías y evita las referencias enciclopédicas, adoptando un método más sistemático y objetivo.
Elaborado de forma colectiva, cada académico se encargó de una letra. Su estructura incluía:
- Lema
- Definición
- Etimología breve
- Ortografía (con criterios propios)
- Pronunciación
- Variantes ortográficas
- Marcas diasistemáticas (indicaciones diastráticas, diafásicas, diacrónicas; voces cortesanas, malsonantes, anticuadas, tecnicismos, etc.)
- Información gramatical (categoría, subcategoría, irregularidades verbales)
- Acentuación
- Variantes fónicas
- Autoridades (y su equivalencia latina)
En cuanto a la selección del material, no incluía nombres propios, pero sí voces provinciales, gran cantidad de tecnicismos y material fraseológico. Los refranes se seleccionaron según su significación moral, priorizando los "más morales" sobre los "sumamente sencillos y de literal significación". Las citas de obras literarias en la microestructura cumplían la función de comprobar el uso de la palabra, calificar y ofrecer modelos para la imitación, y documentar los testimonios de uso a través de un amplio corpus.
Tras su publicación, la RAE preparó un suplemento y varias revisiones, incluyendo una versión reducida en 1780 que eliminó parte de las etimologías y citas de autoridad.
Diccionario Castellano con las Voces de Ciencias y Artes (1786-1793) de Esteban de Terreros y Pando
Esteban de Terreros y Pando, jesuita cuya obra se vio interrumpida por la expulsión de la orden en 1767, elaboró el Diccionario Castellano con las Voces de Ciencias y Artes entre 1786 y 1793. Inicialmente concebido como una recopilación de voces para la traducción de la enciclopedia francesa "El Espectáculo de la Naturaleza" de Noël-Antoine Pluche, evolucionó hasta convertirse en un diccionario de artes y ciencias, y posteriormente en una obra "absolutamente universal" en cuatro lenguas (castellano, latín, francés e italiano). Finalmente, se consolidó como el segundo diccionario general del siglo XVIII.
Si bien recoge todas las voces del Diccionario de Autoridades, la obra de Terreros y Pando es personal. Suprime comparativos, diminutivos, algunos refranes (con un criterio de selección diferente al de la RAE) y aporta nuevas voces, especialmente tecnicismos y léxico especializado. A pesar de un estilo predominantemente neutro, incluye definiciones valorativas, algo que se tiende a evitar en la lexicografía moderna. Sin embargo, su enfoque se acerca más al de la Academia que el de Covarrubias.
Sus fuentes de información fueron materiales librescos, así como una labor personal de recopilación de tecnicismos y testimonios de trabajadores de diversos ámbitos. En cuanto a la ortografía, adopta un criterio totalmente fonetista, basado en la pronunciación como regla única, dejando de lado el etimologismo. Organizado alfabéticamente (semasiológico), acepta extranjerismos solo cuando son necesarios para formar un neologismo en la lengua que los acoge, como "laque" o "lacayo" del francés.