Leyendas de Soria: Fernando de Argensola y Manrique

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Fernando de Argensola primogénito de Almenar e Iñigo en montero mayor de los marqueses de Almenar, en el Moncayo cazando un ciervo, no podían pasar porque un camino conducía a la fuente de los Álamos (el Moncayo) donde se encontraba el espíritu del mal según una leyenda el que pasa por su corriente le cae una maldición. Todos los cazadores se asustan. Fernando pide ayuda a Iñigo (el más viejo y sabio) le pregunta si conoce a una mujer que vive en el monte de ojos verdes que vio hace mucho tiempo en la fuente Alamos. Se obsesiona y va a la fuente y la mujer se le aparece habla con ella y ella lo seduce con sus encantos y desaparece, cae a la fuente y queda atrapado.


Manrique, noble que le gustaba estar en soledad porque se forjaba un mundo fantástico, claustro monasterio de la Peña. Una noche de verano con la luna blanca y serena fue al río Duero sobre murallas de Soria vio a una mujer con ojos azules y húmedos cabellos negros y largos yendo al monasterio de los Templarios por un puente, no pudo encontrarla. Llegó a la ermita de San Saturio donde vio una barca, se topó con el barrio de San Juan con calles estrechas oscuras vio la casa de Alonso de Valdecuellos. Al tiempo volvió a verla y la siguió más de cerca pero era un rayo de luna.


Soria, Monte de los Ánimos, Día de los Difuntos. Alonso y Beatriz hijos de Condes de Borges y Alcudiel, cacería. Expulsaron a musulmanes y rey les llama para defender la ciudad, pero los nobles de Castilla se sienten ofendidos y guerra. El monte se abandonó y enterraban los cuerpos en capillas. Leyenda: las ánimas de los muertos corren junto con todos los animales del monte, muertos de miedo y sin que nadie fuera. Alonso le da una joya y Bea una banda azul que perdió. Alonso convencido para conseguirla. Bea se arrepintió de la noche pasada y vio la banda en la mesita de noche ensangrentada y desgarrada. Alonso devorado por lobos. Sus sirvientes fueron a decírselo y la vieron muerta de horror. Después un cazador estaba en el monte y vio a los esqueletos de los luchadores y mujer hermosa y desmelenada con pies ensangrentados daba vueltas a la tumba de Alonso.

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