El liberalismo mexicano: ¿Continuación de la Ilustración española?
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1. La acción colectiva en Latinoamérica: Free Riders y la transformación del entorno
En Latinoamérica, diversos actores históricos han actuado como free riders, operando al margen de las normas e instituciones para transformar su entorno. Ejemplos de esto incluyen el contrabando colonial como respuesta al monopolio comercial español, la migración de mano de obra desde los latifundios para crear nuevos modos de subsistencia, y la aparición de ONG internacionales como respuesta a la violación de derechos humanos por parte de gobiernos autoritarios.
Esta capacidad de transformación del entorno demuestra la capacidad del hombre para actuar colectivamente y responder a los retos en contextos nacionales y mundiales. Todo hombre o colectividad posee un capital social que le permite acompañar, frenar o modificar los procesos de cambio. Las respuestas colectivas varían según la historia y el contexto mundial.
2. El proyecto multifacético de conquista y colonia
El proyecto de dominación español era multifacético, abarcando las esferas comercial-económica, política y religiosa. El aspecto comercial-económico se centraba en la búsqueda de riquezas, con el apoyo de la Corona a agentes privados. El carácter político se manifestó en el dominio militar y la imposición del orden colonial. Finalmente, el componente religioso buscó la incorporación de nuevos territorios a la Iglesia Católica y la evangelización de los indígenas.
3. El liberalismo mexicano: ¿Prolongación de la Ilustración española?
El programa de modernización de las dinastías borbónicas, similar al del porfiriato, buscaba modernizar sociedades tradicionales. El rey fue reemplazado por el Estado (Estado-Ciudadanía à Rey-Sociedad). Esta modernización generó resistencia en América Latina por parte de la élite criolla, despertando un sentimiento anticolonial. Durante el porfiriato, la modernización impulsada por Díaz también provocó la reacción de la sociedad tradicional a través de la revolución.
En las independencias latinoamericanas, los criollos, al desconocer otro principio de legitimidad que no fuera el del rey, adoptaron las ideas de la Revolución Francesa sobre la soberanía popular. La independencia fue una reacción criolla tradicionalista frente al liberalismo borbón.
La élite criolla, tradicionalista en la práctica, adoptó el lenguaje ilustrado para mantener su posición social. Buscaban preservar el orden estamental.
La ficción de un pueblo y de la democracia favoreció el caudillismo.
La ficción de la nación (unidad política con identidad definida por una historia común) fue crucial para la élite en la independencia. En América Latina, a diferencia de la lógica habitual, se formó un Estado que luego generó un pueblo y una nación. El Estado creó el sentimiento de nación.
La ideología liberal no se correspondía con la realidad latinoamericana, ya que no existían ni la nación ni el pueblo. Estas dos ficciones legitimaron la posición social de la élite, ocultando una oligarquía. A través de estas ficciones y el principio del pueblo soberano, la élite mantuvo su poder.