Liberalismo Social: Propiedad, Libertad e Igualdad en el Siglo XX
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Encontrar negociaciones entre propietarios y no propietarios tiene su raíz en el liberalismo y la razón en la democracia. La revolución industrial distingue la propiedad industrial de la propiedad individual de la tierra.
Propiedad y Estado
En la propiedad industrial, el Estado no debe intervenir; la industria pertenece al emprendedor y el Estado no puede expropiar las ideas. En cuanto a la tierra agrícola, el autor explica que no es sagrada y su valor depende del rendimiento que el dueño le dé. Si no es capaz de maximizar el rendimiento, el Estado puede expropiarla: “La propiedad de la tierra depende de la sociedad y el estado es el árbitro”. Con esta frase, Stuart Mill busca que el nuevo propietario sea más responsable con su tierra.
Derecho Hereditario
Si el dueño hace testamento, el Estado debe respetarlo. Pero si no hay testamento, todo pasa al Estado.
Legislación Laboral
Se plantea la legislación de salarios mínimos para evitar coacciones entre particulares, del empresario hacia el trabajador, y se apoya la participación de los trabajadores en los consejos de administración de las empresas.
Figuras Clave del Liberalismo Social
T.H. Green y la Libertad como Poder
Green, en su obra “Principio de la obligación política” (1885), aborda el tema de la libertad. Distingue:
- Libertad privada negativa: no hay interferencia de terceros ni del Estado.
- Libertad como participación (Sufragio Universal).
- Libertad como poder: manejada por la socialdemocracia o el liberalismo social.
Green observa que muchas constituciones de la época hablan de libertades, pero son inoperativas si el Estado no implementa instrumentos o mecanismos que las hagan efectivas. Por ejemplo, la libertad de expresión es limitada si la mayoría de los ciudadanos son analfabetos. Cree que el Estado debe incentivar la creación de cooperativas y sindicatos, y que la educación pública debe promover el sindicalismo. En las cooperativas no hay distinción entre empresario y trabajador, y las rentas se distribuyen por igual. Es también considerado el padre del fabianismo (inspirado en el general romano Fabio, que ganaba batallas mediante la paciencia). El fabianismo es un socialismo no revolucionario, basado en reformas pacíficas y progresivas, no marxistas, es decir, socialdemócrata.
L.T. Hobhouse y la Igualdad
Hobhouse, en “Democracia y reacción” (1905), aborda la igualdad:
- Igualdad formal ante la ley: ausencia de discriminación. Para el autor, esta igualdad es insuficiente, ya que las desigualdades se perpetúan. Ejemplo: Si A tiene 8 y B tiene 2, y el Estado reparte igualitariamente, la desigualdad persiste.
- Igualdad de oportunidades: Hobhouse apuesta por este tipo de igualdad, un concepto clave del liberalismo. Le preocupa la “lotería del nacimiento” y cree que el Estado debe mediar para que las oportunidades de los individuos no estén condicionadas por su origen.
- Igualdad de resultados:
- Igualdad absoluta: igualdad de oportunidades al principio y al final de la vida. Hobhouse no está de acuerdo con la igualdad de oportunidades al final de la vida, independientemente de los logros individuales, ya que esto elimina metas e incentivos.
- Igualdad relativa: se quita más dinero al rico mediante impuestos para dar igualdad de oportunidades al pobre.
J.A. Hobson y el Imperialismo
Hobson, en “El Imperialismo” (1902) y “La crisis del Imperialismo” (1911), coincide con Lenin en la problemática de la sobreproducción y ven el imperialismo como una solución. Colonizar para abrir mercados y dar trabajo puede originar guerras entre países capitalistas e imperialistas. Hobson propone evitar las guerras incrementando el gasto público y el capital, rebajando los impuestos, e inyectando dinero para los subsidios y las empresas pequeñas. En resumen, salvar el sistema inyectando dinero en el bolsillo de los pobres.