Libertad Moral y Responsabilidad: Aspectos Clave
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Libertad Moral como Tarea: Autorrealización y Virtud
Además, la voluntad necesita una serie de cualidades que le faciliten su actividad: son los hábitos morales. Los hábitos que facilitan la elección de auténticos valores son las virtudes. También pueden adquirirse hábitos que orientan a valores aparentes o antivalores, conocidos como vicios. La adquisición de las virtudes se lleva a cabo como la de cualquier otro hábito. Estas predisposiciones no eliminan la voluntariedad ni la libertad de los actos que se realizan, sino que las potencian. Además, los hábitos encauzan nuestra efectividad ya que esta no está orientada en uno u otro sentido.
Libertad Cooperadora
La libertad moral se presenta como libertad cooperadora en cuanto que permite adherirse o asumir la realidad. Es una actitud que forma parte de la progresiva consolidación del ejercicio de la libertad. Aunque no se manifieste exteriormente, el grado de ejercicio de nuestra libertad puede ser más intenso que cuando emprendemos una acción.
Acción Moral y Afectividad
Nuestras tendencias no pueden reducirse al querer voluntario: la propia experiencia muestra otro tipo de inclinaciones, como instintos o deseos, que acompañan más directamente a la dimensión corporal del hombre. Todos percibimos objetos ante los que reaccionan nuestros instintos. Estas reacciones, que surgen del encuentro de nuestras tendencias con la realidad que percibimos, constituyen lo que se denomina psicología de los sentimientos y emociones. En ética, los sentimientos, emociones, estados anímicos, afectos, etc., reciben el nombre de pasiones (del latín passio, sufrir, padecer) para subrayar su carácter sensible y su influencia sobre la razón y la voluntad. La armonía de impulsos con el juicio de la razón hace posible el equilibrio interno de la persona. Su desorden perturba el buen uso de la razón y, como consecuencia, de la acción moral.
Acción Moral y Responsabilidad
Toda acción tiene una serie de consecuencias derivadas del ejercicio concreto de la libertad. En la medida en que el acto se debe a una decisión personal, las consecuencias exigen que se asuma su responsabilidad. La responsabilidad acompaña necesariamente a toda actuación humana. Aunque la responsabilidad se aplica a acciones incorrectas, también se usa en sentido positivo. Se dice de alguien que actuó responsablemente, elogiándolo por eso. En este sentido, la responsabilidad designa la virtud moral.
Responsabilidad y Moralidad
En relación entre responsabilidad y moralidad hay que atender a 3 cuestiones:
Aspectos que Intervienen en el Juicio Moral
Para determinar la bondad o maldad de una acción, la ética analiza habitualmente 3 elementos que pueden intervenir: objeto, intención y circunstancias.
Objeto
Tema, materia o asunto de la acción desde el punto de vista moral.
Intención
El fin que ha tenido el agente al realizar la acción.
Circunstancias
Elementos concretos que acompañan o rodean la acción. Son de múltiples clases, como las circunstancias del cuanto o cantidad, del cómo, del lugar, del tiempo, etc. Pueden disminuir la gravedad de un hecho o aumentarla, hacer crecer el mérito de una acción o disminuirlo.
Relación entre Fin y Medios
También es importante distinguir los fines de la acción de sus consecuencias. Las consecuencias suceden temporalmente después de haber actuado, mientras que los fines están en la persona que actúa antes de empezar a obrar, pues es lo que pretende alcanzar con ello.
Alcance de la Responsabilidad
Un aspecto que dificulta el juicio moral es el alcance de la responsabilidad. En la medida en que soy sujeto de mis acciones y las realizo libremente, me alcanza la responsabilidad por ellas. El problema surge con consecuencias que no ha querido el sujeto: ¿Se es responsable de ellas?