La Lírica Española de Posguerra: Un Recorrido por los Años 40 y 50
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La Lírica Española de Posguerra: Un Recorrido por los Años 40 y 50
La posguerra española marcó un antes y un después en la lírica del país, dando lugar a diversas corrientes y voces que reflejaron la compleja realidad de la época. Este periodo, que abarca desde los años 40 hasta finales de los 50, se caracteriza por la coexistencia de estilos y temáticas que buscaban tanto la evasión como la confrontación con el entorno social y político.
La Poesía de los Años 40: Arraigo y Desarraigo
Durante la década de los años 40, la lírica española se bifurcó principalmente en dos corrientes opuestas: la poesía arraigada y la poesía desarraigada.
Poesía Arraigada: El Canto Oficial
La poesía arraigada se caracterizó por un tono belicista y panfletario, exaltando a los vencedores de la Guerra Civil y denigrando a los perdedores. Esta corriente se difundió a través de revistas clave como:
- El Escorial: Plataforma principal para poetas afines al régimen franquista.
- Garcilaso: Aunque con una gama más amplia de colaboradores, también reflejaba una visión optimista y esperanzada del mundo, alineada con los valores del momento.
Los poetas de esta tendencia ofrecían una visión idealizada y conformista de la realidad.
Poesía Desarraigada: La Voz de la Angustia Existencial
En contraste, la poesía desarraigada emergió como una expresión de la angustia existencial y la crítica velada a la situación. Tres hitos fundamentales marcaron su aparición:
- La publicación de Sombra del paraíso (1944) por Vicente Aleixandre.
- La publicación de Hijos de la Ira (1944) por Dámaso Alonso.
- La aparición del primer número de la revista Espadaña (1944) en León.
La revista Espadaña, en particular, propuso una poesía antiformalista, alejada del retoricismo, que buscaba ser una expresión directa de los problemas y preocupaciones humanas. Dentro de esta corriente, también se incluye la obra posterior a la Guerra Civil de Miguel Hernández y la de otros poetas como Gabriel Celaya, quienes, aunque con matices, compartían esta búsqueda de una poesía más auténtica y comprometida.
La Poesía de los Años 50: Hacia el Realismo Social
La década de los años 50 estuvo dominada por el realismo social, caracterizado por un lenguaje sencillo y coloquial. La poesía de este periodo se concibió como una herramienta fundamental para la toma de conciencia de la realidad y, en consecuencia, para su transformación social. Entre los poetas más destacados de esta época se encuentran:
- Blas de Otero: Su poesía se orientó decididamente hacia lo social, como se aprecia en obras emblemáticas como Ángel fieramente humano.
- Gabriel Celaya: Sus poemas incorporan elementos literarios de corrientes diversas, un lenguaje coloquial y una exposición narrativa. Su obra Cantos Íberos es un claro ejemplo de su compromiso social.
- José Hierro: Sus poemas, influidos por el estilo de Gerardo Diego, reflejan también esta preocupación por la realidad, como se observa en Quinta del 42.
Estos autores, con sus particularidades, contribuyeron a consolidar una lírica comprometida que buscaba interpelar al lector y promover un cambio social.