Literatura Barroca Española del Siglo XVII: Conceptismo, Culteranismo y Clasicismo
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La Literatura del Siglo XVII: El Siglo de Oro
El siglo XVII, conocido como el Siglo de Oro, se caracteriza por una actitud pesimista que se refleja en los temas literarios: la fugacidad de la vida, la muerte, la religiosidad, el realismo y la intención crítica. Se utiliza la sátira y la ironía, y pueden aparecer la deformidad y la fealdad. Los elementos formales se distinguen por su originalidad, brillantez e ingenio, con un retorcimiento expresivo y una tendencia a la ornamentación.
Corrientes Literarias
La literatura se encauza en dos corrientes principales que comparten la expresividad y la originalidad:
- Conceptismo: Representado por Quevedo y Gracián.
- Culteranismo: Representado por Góngora.
La Lírica Barroca
La lírica barroca parte de modelos heredados del Renacimiento, pero experimenta una profunda renovación en el siglo XVII. Mientras que antes se concebía el arte como imitación de la naturaleza, ahora se entiende que la creación debe ser invención y originalidad. La finalidad es producir asombro en el lector mediante el uso de recursos y artificios literarios.
Además del conceptismo y el culteranismo, representados por Quevedo y Góngora, se puede hablar de una tercera tendencia: una línea de influencia garcilasiana que llamamos clasicismo, cuyo poeta más destacado es Lope de Vega.
La Poesía Conceptista
Se caracteriza por la búsqueda de los múltiples significados que pueden encerrar las palabras. Su estilo se basa en las asociaciones de ideas y juegos de palabras, como antítesis, metáforas e ironías.
Francisco de Quevedo
Francisco de Quevedo entendió la poesía con los valores de su tiempo. Su obra expresa preocupaciones universales y transmite la experiencia cultural y vital de la España del siglo XVII. Su obra lírica es abundante y variada, abarcando tonos serios y reflexivos, apasionados, burlones e incluso obscenos, con distintas intenciones. Expresa el sentimiento amoroso, la pesadumbre por la fugacidad de la vida, y realiza críticas y sátiras.
Podemos clasificar la obra poética de Quevedo de la siguiente manera:
- Poesía metafísica: Composiciones con temas morales, filosóficos y religiosos de tono grave, con una visión pesimista de la vida, entendida como un camino hacia la muerte.
- Poesía amorosa: Presencia constante de la muerte; el amor se muestra como una fuerza que perdura más allá del final de todas las cosas.
- Poesía satírico-burlesca: El autor busca el humor y, sobre todo, la crítica de algunos personajes reales de la época, enemigos o rivales suyos, como el propio Góngora. Ataca la hipocresía, la ambición desmedida de poder, la corrupción política y la pedantería.
La Poesía Culterana
Se caracteriza por las alusiones a la mitología, el uso de la metáfora, la presencia de elementos sensoriales, la alteración de la sintaxis con hipérbaton y estructuras latinas, y el uso de cultismos. Esta corriente fue criticada en ocasiones por su acumulación de recursos retóricos; Quevedo tildó a estos poetas de pedantes.
Luis de Góngora
Luis de Góngora lleva al extremo los rasgos culteranos, dando lugar al "gongorismo". Fue un poeta de minorías debido a la dificultad de su obra, aunque no todas sus obras tienen el mismo grado de complejidad. Se distingue una poesía más accesible (poesía popular) y otra más hermética (la obra culterana).
La Poesía Clasicista
Junto al conceptismo y el culteranismo, surge un grupo de poetas que siguen la tradición clasicista.
Félix Lope de Vega
Félix Lope de Vega tiene una obra muy extensa y con diversas influencias. Cultiva la lírica culta (sonetos, églogas, epístolas) y la lírica popular (trillas, villancicos y romances). Sus vivencias personales están integradas en su poesía; la amorosa tiene un tema religioso.