Literatura Española del Siglo XVIII: Maestros del Ensayo, Teatro Neoclásico y Fábula Didáctica

Clasificado en Griego

Escrito el en español con un tamaño de 3,02 KB

La Literatura Española en el Siglo XVIII: Ilustración y Neoclasicismo

El Ensayo Ilustrado: Gaspar Melchor de Jovellanos

El ensayo fue el género más cultivado en el siglo XVIII. Se caracterizó por ensayos breves con un enfoque personal de los temas tratados. Entre los ensayistas, destaca Gaspar Melchor de Jovellanos con obras como Informe sobre la Ley Agraria o Memoria sobre la Policía de Espectáculos, en las que propone una reforma de la sociedad desde la economía. Centra su obra en torno a la virtud y la pedagogía. Su estilo sobrio y elegante fue considerado la mejor prosa del siglo XVIII.

El Teatro Neoclásico: Leandro Fernández de Moratín

En esta época, la comedia neoclásica, creada por Leandro Fernández de Moratín, el dramaturgo más importante del periodo, tuvo un gran éxito. Su comedia posee una dimensión crítica e intelectual, manifestando su deseo de reformar determinadas costumbres españolas. Sus obras, escritas en prosa y con una clara intención moral, tienen como modelo a Molière, admirando la autenticidad del ser humano. Condena:

  • Los matrimonios concertados por conveniencia en obras como El sí de las niñas.
  • Los efectos negativos que una educación represiva produce en los jóvenes, como en La mojigata.
  • La mediocridad literaria del momento en La comedia nueva o El café.

Su comedia más importante es El sí de las niñas, que presenta rasgos del sentimentalismo propio de la época romántica. Es una obra sencilla y elegante, considerada la cumbre del teatro del siglo.

La Escuela Madrileña: Didáctica, Fábula y Sainete

La Escuela Madrileña se destacó por el desarrollo del género didáctico a través de la fábula. Sus grandes fabulistas fueron:

  • Tomás de Iriarte, autor de Fábulas literarias, donde enseña sobre la creación literaria, centrándose en la sencillez del lenguaje, la unión entre lo útil y lo bello, y la necesidad de someterse a las reglas.
  • Félix María de Samaniego, autor de las Fábulas morales, con temas variados extraídos de la antigüedad.

Esta escuela también fue la creadora de la anacreóntica —cantos al amor, al vino, la virtud o la naturaleza— y, por supuesto, de la fábula. El gusto por este género se debió a la enseñanza moral que encierra.

En esta escuela también destacaron dos dramaturgos:

  • Vicente García de la Huerta, autor de la tragedia Raquel.
  • Ramón de la Cruz, quien escribió sainetes inspirados en la vida popular madrileña, como Las Castañeras Picadas. Sus obras presentan valiosos cuadros de costumbres, verdaderos documentos de época, escritos generalmente en verso corto (romances, letrillas u otras formas populares).

Todas sus obras gozaron de un gran éxito.

Entradas relacionadas: