Literatura Infantil Victoriana: Características y Obras Clave del Siglo XIX

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La Literatura Infantil y Juvenil en la Inglaterra del Siglo XIX

A finales del siglo XIX, la concepción de la infancia era radicalmente diferente a la actual. Los niños eran a menudo representados como pequeños adultos, inmersos en la cruda realidad. En este contexto, la literatura infantil de la época incluye obras destacadas como:

  • Alice's Adventures in Wonderland (1865) de Lewis Carroll
  • The Wind in the Willows (1908) de Kenneth Grahame
  • Peter and Wendy (1906) de J.M. Barrie
  • The Jungle Book (1894) de Rudyard Kipling, situada entre el victorianismo y los principios del modernismo.

Propósito Educativo y Filosófico

Los victorianos estaban conscientes de la importancia de los libros y la educación de los niños en la sociedad. Los libros infantiles eran escritos con un claro propósito didáctico y moralizante. Los escritores se inspiraban en filósofos ilustrados como John Locke y Jean-Jacques Rousseau.

Jean-Jacques Rousseau: La Inocencia Corrompida

Jean-Jacques Rousseau, un ilustrado de corte romántico, enfatizaba el aspecto pedagógico y concebía a los niños como seres inherentemente inocentes y cercanos al conocimiento. Para Rousseau, el niño está en armonía con la naturaleza, posee la capacidad de crear y progresar, pero es la sociedad la que lo corrompe y lo induce al mal.

John Locke: La Tabula Rasa y la Educación

Por otra parte, John Locke, un ilustrado más racional, consideraba que el niño nacía como una tabula rasa (pizarra en blanco) y que los libros eran la principal fuente de su educación.

La Fantasía: Entre la Corrupción y la Crítica

La narrativa de la época solía presentar al niño como un ser puro e inocente. Aunque los libros infantiles no siempre eran valorados como una producción cultural en sí mismos, su lectura adquirió un papel fundamental en las actividades de los niños victorianos. Así, se gestó una nueva literatura específicamente para niños, con un marcado carácter didáctico, orientada a la enseñanza y el aprendizaje.

Sin embargo, la fantasía era a menudo percibida negativamente. Se consideraba que generaba una expectación irreal en el niño, fomentaba la desconfianza hacia la realidad, incitaba a cuestionar el statu quo y podía conducir a la ambición desmedida. En esencia, la fantasía era vista como un elemento corruptor para la infancia.

Temas y Representaciones Clave

La Visión Colonialista en The Jungle Book

Rudyard Kipling, a través de The Jungle Book, proyecta una visión victoriana del mundo, caracterizada por su perspectiva colonialista. Esta obra, situada entre finales del siglo XIX y los albores de la Edad Moderna, refleja una época de profundos cambios. En ella, se establece una 'ley de la selva' (the law of the jungle) que, paradójicamente, busca imponer orden y civilización. Los monos, al intentar imitar la vida de los hombres civilizados, crean una 'civilización' propia que, en contraste, representa el caos y la ausencia de ley. Cabe destacar que, a través de la representación de los monos, Kipling también realiza una crítica velada a los primeros movimientos independentistas.

La Reivindicación Femenina y el Cambio Social

A partir de la década de 1870, se observa una recuperación de la fantasía en la literatura infantil, ejemplificada por obras como Alicia en el País de las Maravillas. Esta obra, además, ofrece una crítica mordaz a la educación victoriana. El personaje de Alicia, al desafiar las convenciones y mostrar una fortaleza inusual para las mujeres de la época, puede interpretarse como una reivindicación del valor femenino y una ruptura con los roles de género tradicionales.

En el ámbito social, la representación de la mujer comenzó a transformarse, pasando de una figura débil a una más fuerte y autónoma. La mujer adquiere un papel crucial en el hogar y la sociedad, a menudo asumiendo responsabilidades que tradicionalmente no eran atribuidas a los hombres.

El Uso del Color en la Ilustración Infantil

En la ilustración de la literatura infantil, se privilegiaban los colores brillantes y suaves, evitando tonos como el rojo y el azul, tradicionalmente asociados con la pasión o el pecado, a diferencia de obras anteriores como Jane Eyre.

Obras Didácticas en el Ámbito Escolar

A mediados del siglo XIX, las escuelas británicas incorporaron numerosas historias con una clara intención didáctica. Un ejemplo es Robinson Crusoe, que introducía conceptos de colonización, aventura y eventos históricos. Otra obra destacada, aunque más influyente a principios del siglo XX, es The Fairchild Family, conocida por su tono moralizante y su actitud evangelista.

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